Opinión

Adictos al 'VARgüenza'

La afición del AIK con una pancarta en contra del VAR

La afición del AIK con una pancarta en contra del VAR / AP

En el fútbol, gran metáfora y espejo de nuestras sociedades, todo cabe, incluso la reflexión filosófica. ¿Qué es un error obvio y evidente? ¿Cómo se mide la voluntariedad de una acción humana? ¿Puede la tecnología mejorar el juicio de las personas? ¿Conviene frenar el desarrollo tecnológico para preservar la tradición, por muy imperfecta que sea? Con no muchas ideas más se cubre la historia entera de la ciencia ficción, desde ‘Fundación’ de Asimov hasta ‘Terminator’... Y añadamos una de las preguntas existenciales de nuestros tiempos: ¿sabe igual, se celebra con la misma euforia, un gol en directo que otro en diferido, un minuto y medio después de marcarse, chequeo del VAR mediante? 

El VAR ha cambiado el fútbol. Más allá de lo que cada uno opine sobre la tecnología, es difícil negar que el juego no es el mismo desde la introducción del videoarbitraje. Tanto que las voces críticas se acumulan. En Inglaterra, los Wolverhampton Wanderers han tomado la decisión de llevar a votación en la Premier League si la temporada que viene eliminan el VAR, dado que su uso ha tenido “numerosas consecuencias negativas indeseadas que dañan la relación entre los aficionados y el fútbol”.

Es muy interesante detenerse en la lista de argumentos que los Wolves hicieron pública en un comunicado: 

La lista

 • El VAR Impacta en la celebración de los goles y la pasión espontánea que hace especial al fútbol. 

 • Crea frustración y confusión dentro de los estadios debido a los largos chequeos y la mala comunicación con los aficionados. 

 • Ha sobrepasado su propósito original de corregir errores claros y obvios, analizando ahora en exceso decisiones subjetivas y comprometiendo la fluidez e integridad del juego. 

 • Disminuye la responsabilidad de los árbitros en el campo, debido a la red de seguridad del VAR, lo que lleva a una erosión de la autoridad en el campo. 

 • Ante los errores continuos que se repiten a pesar del VAR, los aficionados son incapaces de aceptar el error humano después de múltiples vistas y repeticiones, lo que daña la confianza en los estándares de los arbitrajes. 

 • Interrumpe el rápido ritmo de la Premier League con largas revisiones y más tiempo añadido,      lo que provoca que los partidos se alarguen excesivamente. 

 • La polémica constante sobre las decisiones del VAR a menudo eclipsa el partido en sí y empaña la reputación de la Liga. 

 • Erosiona de la confianza y la reputación de la competición, con el VAR alimentando acusaciones de corrupción completamente absurdas. 

El VAR atraviesa un momento de dudas en la Premier

El VAR atraviesa un momento de dudas en la Premier / ADAM VAUGHAN

Es difícil discrepar de los Wolves sobre que el VAR se ha convertido en el “VARgüenza” que las aficiones denuncian partido sí, partido también. Como afirma el equipo inglés en su comunicado, yo también creo que la decisión de crear el VAR se tomó de buena fe y pensando en mejorar el juego. Hay en la historia del juego errores tan clamorosos y evidentes en pantalla que el videoarbitraje no podía más que mejorar la justicia deportiva.

Pero la aplicación ha sido nefasta. Los daños colaterales (la pérdida de tiempo, los goles en diferido o la erosión de la autoridad del árbitro de campo) son ya perjudiciales, pero peor ha sido la combinación del VAR con los continuos cambios en el reglamento. Hoy no sabemos cuándo se pitan o no unas manos, y se anulan goles por milímetros que solo detecta un software y que ninguna ventaja otorgaba al atacante.

La confusión ha generado que el videoarbitraje también se equivoque, y eso ha hecho colapsar un sistema nacido para un fin modesto (subsanar un error obvio y evidente) y que se ha puesto la capa imposible de un superhéore: impartir justicia. Cuando ha sido obvio que no se puede impartir justicia sin mácula, las aficionados responden con acusaciones de corrupción: ¡VARgüenza! 

Pero el principal problema del fútbol, en realidad, es que en el fondo nadie quiere que sea justo para todos. Aficionados, clubes y jugadores no quieren justicia para el adversario, sino para sí mismos. Este es un deporte, recordemos, que ensalza como una leyenda un flagrante error arbitral, la mano de Dios de Maradona. El fútbol no quiere justicia.

El fútbol, todo pasión, todo discusión, la forma de dirimir en un estadio y (casi siempre) sin sangre conflictos profundos y atávicos, no necesita la justicia. ¿Dónde estaría, si no, la salsa? El fútbol es un adicto    a la VARgüenza. Por eso el videoarbitraje es un cuerpo extraño.