Locura argentina: la explosión de alegría que se hizo esperar 36 años

Un año antes que naciera Lionel, el Diego levantó la última copa argentina

Esta vez fue el capitán rosarino el que puso a celebrar a todo un país

Una hincha de Argentina cantando el tanto del título

Una hincha de Argentina cantando el tanto del título / EFE

Sebastián Vargas Rozo

Seguro que cuando Valentín Oliva se dispuso a grabar ‘Arrancármelo’ jamás imaginaría la infinidad de veces que sonaría el 18 de diciembre de 2022. Tanto se repitió la canción de Wos que, al final, terminó retumbando en el Obelisco. Y en todo Buenas Aires. Y en Argentina entera.

El pueblo que vive, sueña y sufre por la albiceleste lo volvió a intentar, una vez más, gracias a Lionel Messi y su corte en Qatar. Esta vez, para la alegría de los hinchas que nunca tuvieron planeado morirse desangrados, el grito fue de campeón. El penalti de Gonzalo Montiel expandió al unísono un grito atorado por 36 años desde que el Diego lo hiciera en México. El que estaba llamado a ser su sucesor escribió su propia historia, igual o más épica, y desató la locura en el país del tango y el fernet.

Las calles se inundaron de lágrimas, abrazos anónimos, brazos en alto y dieces en la espalda por todos lados. La leyenda contó que Kempes y Maradona vivían en solitario en un olimpo que parecía inalcanzable para las nuevas generaciones y para una afición desinflada tras las derrotas desde la Copa América de 2007, la primera de Messi con la selección mayor.

Desde entonces, al pibe de Rosario le tocó caer en tres partidos definitorios consecutivos en 2014, 2015 y 2016. Pero en 2021, igual que en el Icónico de Lusail, algo cambió con la nueva camada y el proyecto de Scaloni. Ahora se volvían a ilusionar. Y la tierra del ‘10’ pudo celebrar la obsesión de la tercera.

Porque un buen argentino sabe cómo ser local en cualquier parte. Lo vivieron ayer las grandes ciudades del mundo. Desde las gradas del Lusail hasta las avenidas de Nueva York, París, Miami, Daca y demás. Allí donde hubo un argentino se escuchó el grito de “campeón”.