Prueba del BMW Z4

Prueba del BMW Z4, más atractivo, deportivo y dinámico

Probamos la versión de acceso del Z4, que compensa la falta de potencia con un dinamismo muy trabajado.

BMW Z4.

BMW Z4. / ÀLEX SOLER

Àlex Soler

Àlex Soler

BMW mostraba los trazos del nuevo Z4 en Pebble Beach en agosto de 2017. Por aquel entonces, aún en forma de prototipo, el nuevo Z4 presentaba un diseño agresivo y algo futurista que continuaba con el nuevo lenguaje estético presentado en el prototipo del Serie 8, desvelado en mayo del mismo año en Villa d’Este, Italia.

Dos años más tarde, el descapotable de BMW ya está en la calle en tres versiones, siendo la sDrive20i la que da acceso a la gama. El vehículo más longevo en la oferta de BMW ha sido desarrollado junto a Toyota, por lo que es primo del Supra, y mantiene la deportividad y un diseño agresivo y atractivo como sus principales puntos fuertes.

En ese sentido, el nuevo Z4 ha terminado adquiriendo muchas características que presentó la marca con su prototipo, con un frontal muy largo terminado en la típica parrilla de BMW acabada en color negro, que ha ganado mucho tamaño, y en un paragolpes con entradas de aire en el centro y los laterales. La trasera destaca por su imagen igualmente deportiva, sus grupos ópticos alargados y un pequeño difusor que integra las salidas de escape. BMW ha optado por la capota de lona para reducir su peso. En la unidad probada, el color rojo contrasta con la capota y los múltiples elementos de color negro que recorren su silueta en una combinación que favorece su deportividad.

Tras el largo capó, el habitáculo se muestra también muy fiel al presentado en su prototipo en 2017. Siguiendo el diseño habitual en BMW, el interior destacará sobre todo por el cuadro de instrumentos digital de la marca, totalmente personalizable y muy útil a la par que atractivo, y por su consola central, formada por una pantalla de un tamaño razonable desde la que controlarlo todo, desde el navegador, hasta la configuración de los modos de conducción o los sistemas de seguridad. Los asientos deportivos sujetan bien y son cómodos al sentarse, aunque su accesibilidad es algo complicada por su reducida altura. Aunque el habitáculo es corto, también es muy ancho, con lo que ofrecerá un espacio generoso a sus ocupantes.

Mención especial para su maletero, que con 281 litros de capacidad permitirá almacenar el equipaje de sus ocupantes de sobra o una compra generosa. La capacidad de carga se mantiene al descapotar el vehículo.

Deportivo y divertido

La unidad probada monta un motor de cuatro cilindros y doble turbo de 2.0 litros y 197 CV de potencia. A pesar de que su nivel de potencia queda bastante por debajo de las versiones más extremas del vehículo, el Z4 sDrive20i es una opción igual de atractiva para todos aquellos que busquen diversión sin aumentar en exceso el precio. Su comportamiento en modo Confort es dócil, acelerando de forma suave y optando por la configuración más blanda de las suspensiones, que son igualmente duras, por lo que los baches se dejan notar. No obstante, es un coche con el que se pueden hacer tiradas largas sin sufrir por el confort.

En modo Sport es cuando el Z4 saca todo su potencial, con una aceleración contundente y un ajuste más duro en las suspensiones para ganar estabilidad a costa de comodidad. En este modo, el descapotable de BMW se comportará bien en carreteras reviradas, aguantando bien los cambios de apoyo y manteniendo un buen nivel de agarre, aunque también permite jugar con el eje trasero si se le demanda. Este modo es más indicado para carreteras de montaña en las que divertirse o para circuito, pero no para circular habitualmente por su dureza. La transmisión, automática de ocho relaciones, cambiará de velocidad con precisión y rapidez tanto en modo automático como en secuencial con las levas o desde la misma palanca, ayudando en modo Sport a mantener el vehículo siempre listo para salir rápido de las curvas. Durante la prueba su consumo fue de entre 8,7 y 9,3 litros independientemente del modo de conducción.

Ficha técnica del BMW Z4 sDrive20i.

En conclusión, el nuevo Z4 es más atractivo y dinámico que su predecesor y también es apto para rutas largas. En su versión de acceso, compensará su falta de potencia con buenas sensaciones y un dinamismo trabajado para poder disfrutar de su espíritu deportivo. Sin duda, un vehículo en el que disfrutar a cielo abierto por un precio que parte desde los 48.900 euros.