ALFA ROMEO STELVIO QUADRIFOGLIO VERDE

Prueba del Alfa Romeo Stelvio QV, un SUV con alma salvaje

La firma italiana propone un todocamino extremo con un motor de 510 CV fabricado por Ferrari

Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio Verde.

Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio Verde. / OSCAR FONTÁN

Àlex Soler

Los SUV deportivos ya no son la excepción. En apenas unos años, vehículos grandes de corte familiar con motores más propios de un superdeportivo pensado para circuito han inundado el mercado. La lista no es corta e incluso por encima de los 500 CV se encuentran coches como el Jaguar F-Pace SVR, el Porsche Cayenne Turbo o, la unidad probada, el Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio Verde, un todocamino que esconde bajo el capó un propulsor desarrollado y montado en una localidad llamada Maranello, en la fábrica de una firma conocida como Ferrari.

Precisamente, su motor es lo que hace tan especial a este coche -no en vano es capaz de acelerar de 0 a 100 en solo 3,8 segundos y de alcanzar una punta de 283 km/h- y no tanto los cambios estéticos que propone esta variante extrema.

En ese sentido, sus características distintivas pasan por el trébol que lo identifica encima de los pasos de rueda delanteros -allí donde Ferrari pega la insignia de la Scuderia- las entradas de aire en el capó para refrigerar el motor, un paragolpes delantero ligeramente más deportivo, los frenos Brembo de color amarillo y un difusor trasero con cuatro salidas de escape. Quizá se echa en falta más agresividad pero los cambios le sientan fenomenal. No es un coche para aparentar, sino para disfrutar.

En el interior sí se nota más el cambio, con un volante deportivo que combina piel, aluminio, Alcántara y fibra de carbono, asientos deportivos Sparco -opcionales- y más fibra de carbono en el salpicadero. De nuevo, el trébol hace acto de presencia en el velocímetro.

En términos prácticos, su accesibilidad es buena, su posición de conducción es atípica para un coche de sus prestaciones pero ideal para la conducción y su visibilidad correcta. Los asientos deportivos son cómodos y ofrecen una buena sujeción mientras que la banqueta trasera servirá para que dos adultos altos viajen sin problemas. El maletero, de 525 litros, permite casi cualquier carga.

Potencia italiana

En marcha el Stelvio es un coche muy particular. Es uno de esos vehículos que cambian por completo según el modo de conducción elegido. Así, en ‘a’, en el que buscará el menor consumo posible, y en ‘n’ puede ser un coche dócil, suave y todo, de aceleración tranquila si se le pisa el acelerador con cuidado. En estos modos es cómodo, aunque ya se siente algo duro de suspensión, y serán los elegidos en caso de excursiones en familia o trayectos por autopista. Pese a su comportamiento, pisar a fondo conllevará liberar sus 510 CV.

En el modo ‘d’ la cosa cambia. Sus suspensiones se vuelven más duras para asegurar estabilidad y su respuesta es mucho más directa. La dirección se endurece y la transmisión evita pasar de la sexta marcha -de ocho posibles- para mantener el motor despierto y preparado para salir disparado. Es en este momento cuando da rienda suelta a toda su potencia, que va al eje trasero, aunque puede mandar la mitad del par al delantero, y permite una conducción deportiva. La aceleración es muy contundente, casi intimidante, y el cambio rápido y preciso. En curva goza de una estabilidad también atípica en el segmento, aunque puede pecar ligeramente de subviraje. Ya en ‘d’, las ayudas son poco intrusivas y permitirán jugar con el eje trasero. Este modo no es recomendable en ciudad, como tampoco lo será en carretera abierta el ‘Race’, que desactiva todas las ayudas. Sus frenos firmados por Brembo son la guinda del pastel y todo un seguro para detener sus 1.900 kilos cuando se exprimen sus 510 CV.

Esta transformación de SUV a superdeportivo, sin embargo, tiene sus costes, traducidos en una nula capacidad fuera del asfalto, ya que calza neumáticos de alto rendimiento, y en consumos que rondarán, de media, entre los 19 y los 22 litros cada 100 kilómetros. Además, pierde maniobrabilidad respecto a las demás versiones y gana en anchura, para adaptarse a su nuevo calzado, por lo que pierde algo de practicidad en ciudad. Es el precio a pagar por gozar de las sensaciones que transmite el motor V6 de 2.9 litros y de su buen dinamismo sin renunciar al espacio necesario para la familia y un maletero inigualable en un deportivo. Alfa Romeo comercializa este SUV con alma deportiva desde 108.600 euros, aunque sus extras, como los asientos, engordarán sensiblemente la cifra.