Leclerc se impone en el juego de los rebufos de Monza

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Arnau Montserrat

Esperpéntica. Pocos calificativos más puede tener una clasificación en Monza que fue un absoluto despropósito. Leclerc se llevó la pole position, la segunda consecutiva, en una Q3 que pasará a la historia como una de las más extrañas. Los rebufos fueron tan cotizados que los equipos se olvidaron del cronómetro y solo Sainz pudo completar un segundo intento en el templo de la velocidad. Qué paradojas. Ni Vettel, ni Hamilton, ni Bottas le pudieron pelear la pole al monegasco que sigue de dulce.

Sin enseñar todas las cartas, los peces gordos no tuvieron problemas para pasar el primer corte. La gran sorpresa la protagonizaba Renault que llegó a liderar con los dos coches en las dos primeras plazas la Q1. De hecho, Hulkenberg terminó en la segunda plaza solo superado por el Ferrari de Leclerc. En el primer sector de Bélgica, muy parecido a las características del trazado italiano, los del rombo ya mostraron su potencial.

Monza se convirtió en el juego de los rebufos. Cada uno quería el suyo. Y es que un buen rebufo te podía aportar hasta medio segundo de ventaja en el tiempo final. Incluso el que nunca se queja, Leclerc, mandó un mensaje a Vettel por radio pidiendo que no se alejara tanto. El que no pudo tomar ningún rebufo fue Verstappen que se quedó sin potencia de motor y sin poder marcar tiempo. La nueva unidad de Honda que monta preocupa. Sin embargo ya acumulaba una penalización así que el loco holandés deberá remontar desde la última plaza.

Mercedes, y más concretamente Hamilton, aparecían en escena en la Q2 mandando un aviso de cara a la lucha por la pole position. El pentacampeón del mundo marcó el mejor tiempo superando a los dos Ferrari. Lideraba así la primera sesión en todo el fin de semana y el favoritismo rojo dejaba de ser tan claro. El que también hizo los deberes fue Carlos Sainz que se metió en Q3 tras el desastre en Spa.

Pero el verdadero juego de los rebufos llegó en la Q3. En Mercedes actuaron de maravilla. Sacaron los dos monoplazas para que Ferrari picara y saliera justo por detrás. Cuando llegaron al final del pit lane se pararon. Los de Maranello sin tiempo de reacción tuvieron que pasarlos y estar por delante de los de Brackely sin rebufos por delante. Teatro del bueno como dijo Mourinho.

Vettel se quedó solo abriendo pista porque Leclerc, más listo, dejó pasar al tren de monoplazas. El primer intento terminó con el monegasco líder y los dos Mercedes justo por detrás. De repente, el caos. El cronometro bajaba sin cesar y los equipos esperaban a que alguien hiciera de conejito de indias para aprovechar su rebufo. Al final ni una cosa ni la otra. Esperaron tanto que solo Sainz cruzó la línea de meta a tiempo y pudo dar un segundo intento. 

También lo hizo Leclerc pero viendo que nadie le podía arrebatar la primera plaza frenó. Las caras de Toto Wolff y los mecánicos de Mercedes fueron todo un poema. Tenían ritmo para pole position.