Jaime Alguersuari: "No me sentí bienvenido por Alonso en la F1"

Alonso y Alguersuari, en 2009, cuando el barcelonés debutó en la F1

Alonso y Alguersuari, en 2009, cuando el barcelonés debutó en la F1 / EFE

Jaime Alguersuari (Barcelona, 1990) llegó muy joven a la Fórmula 1, en 2009, con apenas 19 años. También se marchó prematuramente (2011), marcado por sus diferencias con la cúpula de Red Bull. Su vida ha dado un giro radical y desde 2015 triunfa como D.J. y productor musical bajo el nombre de 'Squire'.

El ex piloto barcelonés prepara su autobiografía para 2019 y se sincera en una entrevista concedida a 'El Confidencial', en la que, entre otras cosas, destaca su poca sintonía con Fernando Alonso. "No había relación, hacíamos el protocolo: nos saludábamos, nos sacábamos una foto delante de las cámaras y hasta el próximo fin de semana. Yo no me sentí bienvenido por él en la F1. La única aproximación que recuerdo fue en Hungría, en mi primera carrera, que vino a darme la mano y a desearme suerte. Así como con Carlos Sainz me he llevado siempre superbién y en lo que he podido le he ayudado, con Fernando nada. Con Marc Gené y De la Rosa me llevo años, pero siempre fueron más cercanos, como el resto de pilotos".

Alguersuari explica qué le llevó a tirar la toalla en la F1 tras ser despedido de Toro Rosso: "A mí me diseñaron para ser campeón del mundo y el año que me echaron de Toro Rosso fue muy duro. Me dolió muchísimo porque estaba en mi mejor momento deportivo. Fue un robo, pero lo acepté y pasé página. Probé en otras categorías, pero no las vi tan profesionalizadas. Respeto mucho el mundo amateur, pero no quemé etapas en Red Bull para acabar ahí ni para conducir turismos o coches de resistencia. Al final me desencanté, lo dejé y decidí invertir el tiempo en crecer como persona en otro sector".

Reconoce que abandonar la F1 una decepción personal y para su familia: "En especial mi padre Jaime. Reaccionaron de forma escéptica cuando les dije que me quería dedicar a la música, pero, lejos de juzgarme, me apoyaron. Vieron que no era un paso en falso porque yo me lo tomaba muy en serio desde el principio. Mucha gente piensa que esto es fiesta, alcohol y sexo, pero nada de eso, la gente que llega a lo más alto lo hace a base de sacrificio. Evidentemente no voy a ganar tanto dinero como en la Fórmula 1, pero no es mi objetivo".

"Todavía tengo relación con una parte del automovilismo, pero con muy poca. Los que me quieren, me siguen y me apoyan. Mi antiguo compañero de equipo en Toro Rosso, Sébastien Buemi, por ejemplo, está ahí. También antiguas personas que me llevaron. Si algún día, por alguna razón, me da por visitar el paddock sé que le sacaré la sonrisa a mucha gente y que les encantará verme feliz. El odio, la venganza y el rencor no llevan a ningún sitio. Las personas que se portaron mal conmigo simplemente consiguieron hacerme mejor, más fuerte y capaz. Se lo agradezco, aprendí mucho", asegura Jaime.

El barcelonés recuerda que "cuando estás dentro del ojo del huracán mediático y tienes que gestionar una vida repleta de recursos económicos, pierdes la capacidad de tener los pies en la tierra. Lo mejor que me ha pasado en la vida es que me hicieran tanto daño en la Fórmula 1 porque luego me he enterado de lo que vale un peine. No sabes lo que tienes hasta que no te lo ponen enfrente. No me arrepiento de nada, estoy muy orgulloso de mi carrera deportiva, me lo pasé genial y los palos que recibí han sido mi universidad particular".

También habla con lógico resentimiento del momento en el que Franz Tost, director deportivo de Toro Rosso, le comunicó su despido en 2011. "Me llamó por teléfono el día después de un acto promocional con el equipo. En ese evento habíamos hablado sobre la temporada que acababa de finalizar y los cambios que esperábamos para el año siguiente. La parrilla ya estaba toda cerrada y yo había rechazado ir a otras fábricas por estar con ellos. La conversación duró veinte segundos y me dijo que habían decidido prescindir de mí y de Buemi. Luego colgó, sin más".

Llamó entonces a Helmut Marko, el consultor de Red Bull que había apostado por él con 15 años: "Le pregunté si todo esto era una broma de mal gusto porque llevaba dos años muy buenos. El último, sobre todo, puntuando en muchas carreras con un coche que no estaba ni para terminar décimo. Le ganábamos a equipos que se gastaban tres veces más. Esperaron hasta el último día, cuando se aseguraron que no teníamos un sitio más donde ir, para darnos la patada. No me dejaron ni explicarme y me quedé en la calle. Me ofrecieron un puesto en HRT sabiendo que yo lo iba a rechazar. Toro Rosso estaba para terminar el quince o el catorce, y Buemi y yo hacíamos auténticas locuras para meterlo entre los diez primeros cada carrera. Yo, incluso, finalicé séptimo dos veces ese año, que aquello era impensable. Si ya era frustrante muchas veces conducir el Toro Rosso, ¿cómo iba a querer correr en HRT que era un equipo para terminar el último? Sí a la Formula 1, pero no a cualquier precio. Yo había hecho méritos para estar delante y con un coche mejor", lamenta Jaime

De la retirada de Alonso al final de la actual temporada, apunta que "habiendo ganado dos mundiales no creo que sea plato de buen gusto acabar por la cola cada fin de semana. Ese no es el sitio de Fernando. ¿Qué sentido tiene continuar en una competición en la que sabes que, te esfuerces lo que te esfuerces, no vas a luchar por el podio? Te vas a otro lado donde tengas opciones, claro. Todos estamos deseando que vuelva a ganar"