Moleiro, la esperanza de magia en la UD Las Palmas

El tinerfeño, tras una buena actuación en su debut, está llamado a marcar diferencias

Con contrato hasta 2026, la renovación parece lejana; busca lucir en el escaparate de Primera

Alberto Moleiro, en acción durante el partido frente al Rayo Vallecano.

Alberto Moleiro, en acción durante el partido frente al Rayo Vallecano. / Juan Castro

Pablo Fuentes

En un momento en que la UD Las Palmas está ciega en ataque, y en que su jugador más talentoso -Jonathan Viera- y quien ponía la luz hasta hace no mucho está apartado por indisciplina, la irrupción de Alberto Moleiro el domingo pasado en el choque frente al Rayo Vallecano significó un hilo de esperanza para un equipo que registra su peor inicio ofensivo de toda la historia en la máxima categoría, con seis goles en 10 partidos.

El tinerfeño, lesionado en el último amistoso de la pretemporada -frente al Leipzig en Alemania-, y perjudicado por una serie de malas decisiones de los servicios médicos amarillos, que le forzaron más de la cuenta y le provocaron una rotura muscular mucho más grande, saltó al campo a falta de un cuarto de hora más el descuento para el final y fue el mejor. No hizo ningún alarde, pero en comparación con el resto de sus compañeros, sin capacidad de crear peligro alguno durante 75 minutos, destacó.

Lo hizo, sobre todo, con una jugada en la que recibió un pase entre líneas de Mika Mármol, controló, se dio la vuelta, abrió para Sergi Cardona y volvió a recibir para luego encarar, meterse entre dos jugadores rivales, regatear a otro y poner un centro-chut con la zurda que no encontró rematador. Fue, seguramente, la acción de más peligro de la UD Las Palmas en toda la segunda parte, tediosa, y en la que el Rayo Vallecano marcó la diferencia con un tanto de penalti de Bebé en las postrimerías del choque.

Preferencia

Una vez más, Xavi García Pimienta puso al talentoso canterano amarillo en la banda izquierda, donde sus capacidades quedan disminuidas, porque el tinerfeño prefiere jugar por el centro, donde es más determinante con sus pases. Aunque desde el costado tiene la libertad de trasladarse a una posición más centrada, sus movimientos se convierten en más previsibles. La UD juega sin mediapunta habitualmente, sino con dos interiores, pero quizá un cambio de sistema en un momento determinado convenga para explotar mejor a Moleiro.

Él no quiere meterse presión, sino todo lo contrario. En una entrevista con este medio durante la concentración amarilla en Estepona (Málaga) el pasado mes de julio, el centrocampista confesó que vivió momentos de bloqueo mental la campaña pasada por su autoexigencia, la misma que, seguramente, le hacía pensar que «no hacía nada en el equipo». Sin embargo, todos le esperan, más todavía cuando es más que posible que Jonathan Viera no vuelva a vestir la camiseta amarilla de la UD Las Palmas nunca más.

Posible venta

De alguna manera, Moleiro es la esperanza de magia en un equipo con vocación ofensiva pero sin las piezas adecuadas para convertir goles. Las ocasiones tampoco abundan; ante el Rayo apenas existieron. Renovado hasta 2026, la intención del club es venderle el próximo verano para sacar dinero por él, porque la renovación parece lejana.

El tinerfeño tiene esta temporada para tratar de «romperla», palabra que utilizó él mismo, y brillar en el mejor escaparate posible, la Primera División. Las Palmas como impulso para una carrera con mira muy alto.