El Espanyol cae en Sevilla y llegará al derbi apurado

La permanencia del Espanyol está cada vez más china. Tal y como sucedió en Villarreal, en el Sánchez Pizjuán los blanquiazules se marcharon al descanso por delante en el marcador gracias al golazo de Javi Puado (1-2). Sin embargo, la entrada de Vini Souza supuso el inicio del fin de las esperanzas pericas. El brasileño cometió un penalti evitable sobre Pape Gueye y dio alas a un Sevilla que acabó remontando con el 3-2 del propio francosenegalés. El cuadro perico llegará al derbi con infinitas necesidades.

Fernando Pacheco extinguió un fuego provocado por Montes y Cabrera en los primeros segundos. Los dos centrales se coronaron y dejaron libre de marca a Óliver Torres, que la estampó en el pecho del guardameta perico. Luis García repitió con cinco atrás, dándole la titularidad a Brian Oliván tras su perenne lesión. El lateral zurdo, extrañado durante dos meses, fue el protagonista negativo en la acción del 1-0 de Bryan Gil. El exbermellón, en su afán por despejar, asistió para el talento de Barbate. El VAR añadió suspense, pero Alberola Rojas concedió ventaja a los nervionenses.

El Espanyol, huérfano de pelota, apadrinó a sus 'jugones'. Melamed, Darder y Denis entraron en juego y los pericos encontraron el empate. Centro desde la derecha al área, Telles desvía y Rekik abrió fuego amigo contra Dmitrovic, con Joselu afilando la guadaña. El videoarbitraje intervino de nuevo para cerrar el debate del fuera de juego.

El último cuarto de hora fue blanquiazul, con dos aproximaciones de Puado y Joselu que no acabaron en las mallas por el pelo de una gamba. El mano a mano del gallego con Dmitrovic, de echarse las manos a la cabeza. Y, justo antes del intermedio, Puado colocó el 1-2. Oliván pinchó un cambio de orientación y cedió para que el canterano la acomodara de derecha y la pusiera donde duermen los arácnidos. 

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La impaciencia atacó a los andaluces, con más balón pero apurados por los pitos del Sánchez Pizjuán. El coliseo hispalense reclamaba gónadas a los suyos tras una triple llegada de Joselu. Mientras tanto, Luis García rectificaba y aplicaba músculo a la medular con la entrada de Vini por un renqueante Darder. Pero la entrada del brasileño fue nefasta. A los pocos minutos, pisó a Pape Gueye en el área y permitió a Ocampos empatar desde los once metros. Penalti sin discusión.

Nervión reaccionó y el Sevilla asedió a un Espanyol completamente pertrechado y en descarada búsqueda de un punto que era gloria. Y, como suele suceder cuando se defiende en bloque bajo, el 3-2 acabó llegando. Pape Gueye, cortando en el primer palo, puso el marcador final a pase de Acuña. Rostros de incomprensión en el césped y llantos en el sector catalán de la grada.