El Deportivo da un golpe de efecto en El Molinón

Jordi Blanco

El Deportivo dio un golpe de efecto en Gijón, acabando una racha de ocho jornadas sin ganar y llevándose un trabajado triunfo sobre un Sporting derrumbado y deprimido, al que el marcador castiga en exceso y al que la derrota dejó colgado del alambreseis puntos por debajo de la salvación.

La trascendencia del duelo, con ambos equipos aterrados por la amenaza del descenso, recordó al Leganés-Granada, aunque el Depor, a diferencia del conjunto andaluz en Butarque, acudió Gijón con el ánimo de ganar, chocando con un Sporting igualmente decidido y animoso.

El encuentro no se desniveló hasta el alargue del primer tiempo, cuando un lanzamiento de esquina de Faycal Fajr lo remató con una facilidad inverosímil Mosquera, incluso agachando la cabeza después de un soberano cante de Fernando Amorebieta.

Salvado a la media hora por Cuéllar, que atajó Emre Çolak un penalti (clarísimo) de Mikel Vesga, ese 0-1 congeló el ánimo local, que protestó un agarrón de Fernando Navarro a Traoré y mantuvo la respiración en un ajustado disparo de Burgui que Germán Lux rechazó con prestancia. Luego llegó el gol y un escenario nuevo para la segunda mitad.

Solo Cuéllar, paró un penalti, Douglas y Burgui dieron la cara en el Sporting

Sin otro remedio que irse arriba, desesperado por el marcador y sabedor de la urgencia que se le venía encima, el Sporting tomó el control en la continuación y fue arrinconando al Deportivo, agobiándole con las internadas de un Douglas desatado por la derecha y la electricidad de Burgui por la izquierda... Para no encontrar casi nunca al gigante Traoré, que apenas dio señales en un cabezazo que demostró que el juego aéreo no es su mejor virtud. Y que se pasó la matinal de fuera de juego en fuera de juego.

El paso de los minutos aumentó los nervios locales y facilitó las cosas al Depor, bien organziado atrás con Sidnei de capataz y calmoso en el juego de combinación, sin prisas y jugando con un reloj cada vez más enemigo del Sporting.

Se la jugó Rubi, y sorprendió, sacando del campo a Douglas para dar entrada en una medida desesperada a Duje Cop... Y multiplicándose el asedio vivió sus peores momentos el grupo de Pepe Mel, que se agarró a la excelencia de Germán Lux, en una mano milagrosa al remate a quemarropa de Traoré.

Se fue desesperando el Sporting, perdonó la sentencia en el minuto 90 Carles Gil y se cerró el partido con la depresión local, que sumando su novena derrota de los últimos doce jornadas empieza a contemplar la salvación como un milagro. Todo lo contrario que un Deportivo que dio un verdadero golpe de efecto en su escapada.