Un año de estadios llenos y 300 millones de euros en juego

En LaLiga no hay un solo club que no esté trabajando en remodelar su feudo, añadir prestaciones y hacerlo más atractivo para el fan

Ante los síntomas claros de moderación en el alza de los ingresos por las retransmisiones, los equipos vuelven a mirar a las gradas

La afición del Espanyol, en el Carlos Belmonte

La afición del Espanyol, en el Carlos Belmonte / RCD Espanyol

Marc Menchén

Marc Menchén

Hubo una época, antes del boom de la televisión, en la que la grandeza de un club venía especialmente determinada por la dimensión de su masa social. A más abonados, más capacidad de ingresos y, por lo tanto, de opciones para competir por grandes gestas.

Sin embargo, el fuerte peso que ha adquirido la pata audiovisual en la industria del deporte hace dos décadas que lo cambió todo, permitiendo que clubes que quizás no superan los 10.000 socios, gozan de presupuestos que duplican y hasta triplican al de históricos del fútbol europeo que hoy a poco aspiran internacionalmente.

En el fútbol, tener tu sede en Países Bajos o Bélgica es un lastre respecto a tenerla en España, Francia o Inglaterra. Sin embargo, y ante los síntomas claros de moderación en el alza de los ingresos por las retransmisiones, los equipos vuelven a mirar a las gradas. 

Si nos centramos en LaLiga, hoy casi no hay un solo club que no esté trabajando en remodelar su feudo, añadir prestaciones y hacerlo más atractivo para el fan. Un negocio de 300 millones anuales entre socios y abonados, que este año se acercan ya a los casi 800.000 entre Primera y Segunda División, a punto del récord, pese al exilio del Barça a Montjuïc.