Albert Ferrer: Quinta del Cobi, quinta de oro

Ferrer fue uno de los 20 integrantes del único equipo español de fútbol que ha sido campeón olímpico

Ganaron todos los partidos, con emoción en la final del Camp Nou contra Polonia

Albert Ferrer: "Nos sentimos como exigidos a ser oro"

Albert Ferrer: "Nos sentimos como exigidos a ser oro" / VALENTÍ ENRICH

Lluís Payarols

Lluís Payarols

La del Buitre, la del Mini... el fútbol de los años 80 y 90 coronó a quintas de futbolistas por diferentes motivos. En los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 también hubo una, bautizada con el nombre de la mascota, Cobi. Y fue una quinta perfecta. De oro. Un grupo de futbolistas moldeado primero por Ladislao Kubala y después por Vicente Miera que hizo historia: nunca antes España había conquistado el oro en esta especialidad. 

Albert Ferrer (Rubí, 6 de junio de 1970), el popular ‘Chapi’, era uno de aquellos sub-23 que alcanzaron la gloria. Jugó la final en un escenario que conocía bien, lo mismo que su compañero de club, Pep Guardiola. Eran jugadores de un Barça que acababa de ser campeón de Europa -por primera vez- y de Liga.

Subimos a las alturas del Camp Nou. Y Ferrer, luciendo su medalla de oro que brilla con el sol, rememora el camino que llevó al 8 de agosto, el día de una intensa final contra Polonia, con una peculiar banda sonora...

- Tengo un tractor amarillo, que es lo que se lleva ahora...

“Teníamos una especie de himno, cada vez que íbamos al estadio nos poníamos la canción de Zapato Veloz y fue talismán”, dice sonriente Albert.

Camino tortuoso

Aquella selección vivió todo tipo de sensaciones antes de culminar el éxito. Lo recuerda Ferrer, con la calma del paso del tiempo: “Al principio nadie contaba con nosotros y al final nos sentimos como exigidos a ser oro. Parecía que lo nuestro, el ser favoritos, era una obligación. Al final, tiramos de rabia, de orgullo y de equipo”.

Un trabajo de equipo que se forjó en una concentración previa en Cervera de Pisuerga que se les hizo “muy dura. Debo decir que Kubala y Miera -los seleccionadores- eran personas muy claras y honestas. Generaron un ambiente excepcional. En concentraciones tan largas tienes que generar muy buen ambiente porque si no, la gente se agobia. Hubo buen rollo, excepto en un par de momentos…”.

Esos “momentos” fueron la negociación de las primas -”Roberto (Solozábal) era un gran negociador, pero es cierto que hubo negociaciones durillas”, dice Ferrer- y, ya en Valencia, la ‘rebelión’ para asistir a la ceremonia inaugural: “Ya habíamos jugado el primer partido. Desde el punto de vista del entrenador, entiendo él quisiera que nadie se distrajese, pero también debía entender que nos hacía mucha ilusión estar en la ceremonia inaugural. Al principio no nos dejaban venir. Al final hablamos con la Federación y nos dejaron venir, pero don Vicente era tozudo y se quedó. Si no lo hubiésemos hecho, no nos lo hubiéramos perdonado nunca”.

Y aquella selección fue partido a partido, ganándolos todos. “El más duro fue el de cuartos contra Italia, que no lo jugué por sanción”, apunta Ferrer, recordando que compartía habitación “con Pep -Guardiola- y estuvimos muy bien, pero estaba en la época de leer libros y no hablábamos mucho. Con quien mantuve una gran relación fue con los del Mallorca. Chichi Soler y Vidal”.

Recuperado

Albert Ferrer lo vivió todo con intensidad, en un año inolvidable para él... aunque una lesión estuvo a punto de llevarlo todo al traste: “En noviembre de 1991 me rompo los cruzados con el primer equipo y llegaba muy justo, ya que la duración de la recuperación era de seis o siete meses. En la Federación me dijeron que me esperarían y reaparecí diez días antes de la final de Wembley con el Barça. La jugué y después de ganar la Copa de Europa, ganamos la Liga con el emocionante final de Tenerife. Me fui de vacaciones con tres títulos inesperados y fue mi mejor año”.

Entre sesiones improvisadas de cine, torneos de billar y buen ambiente, aquella Quinta del Cobi fue enganchando a la gente -”en el primer partido, en Valencia, no había nadie en la grada, solo nuestras familias”, señala el de Rubí- hasta llegar a aquel 8 de agosto en el Camp Nou, la primera y única vez que España jugó en ese escenario.

Albert Ferrer, con el Cobi que simbolizaba el fútbol

Albert Ferrer, con el Cobi que simbolizaba el fútbol / VALENTÍ ENRICH

Polonia no nos lo puso nada fácil. No habíamos encajado ningún gol e íbamos de favoritos, pero pasó lo que no tenía que pasar: marcaron el 0-1. Después, remontamos, volvieron a empatar y llegó el minuto 90”.

Olía a prórroga, pero se desató la locura. “Fue en un córner que lancé yo, hubo un par de rebotes y Kiko cazó el balón para marcar. Además, en ese momento yo estaba muy cerca de él y fui el primero en abrazarle. Esa imagen me queda marcada para toda la vida”, recuerda Ferrer. ¡Oro!

Han pasado 30 años y la carrera del ‘Chapi’ siguió sobre el césped y en el banquillo, al frente del Vitesse, Córdoba -al que ascendió a Primera y Mallorca, pero también como comentarista -su actual profesión- y como técnico de los Barça Legends, el equipo de veteranos del club blaugrana. De lo único que se lamenta de entonces es “no haber podido estar en la Villa Olímpica con el resto de atletas”, pero Albert Ferrer, uno de los 20 de la Quinta del Cobi, confiesa que lo vivido fue “un sueño hecho realidad”. Dice que, en su whatsapp, uno de los grupos es el de ‘Olímpicos del 92’. Cada uno hizo su vida, pero aquellos 20 jugadores siguen en contacto y subidos eternamente a un ‘tractor amarillo’ que fue de oro.

Torneo perfecto con pleno de triunfos... y susto

Toni (Figueres) y Cañizares (Mérida), como porteros; Abelardo (Sporting), Ferrer (Barça), Berges y Paqui (Tenerife), Lasa (Real Madrid), Juanma López y Solozábal (Atlético) y Miguel (Rayo Vallecano). como defensas; Paco 'Chichi' Soler y Gabri Vidal (Mallorca), Amavisca (UE Lleida), Manjarín (Sporting), Luis Enrique (Real Madrid), Billabona (Athletic), y Guardiola (Barça), como centrocampistas y Pinilla (Mallorca), Alfonso (Real Madrid) y Kiko (Cádiz), como delanteros. Entre paréntesis, el club en el que jugaron la temporada 91-92.

Ellos fueron los escogidos por Vicente Miera para afrontar un torneo olímpico con Mestalla como sede hasta la final. España ganó todos los partidos sin encajar goles hasta la final. En la fase de grupos, triunfos contra Colombia (4-0, Guardiola, Kiko, Berges y Luis Enrique), Egipto (2-0, Solozabal y Soler) y Catar (2-0, Alfonso y Kiko). En cuartos, dura victoria por la mínima contra Italia (1-0, Kiko) y en semis, contra Ghana (2-0, Abelardo y Berges). Ya en Barcelona, el 8 de agosto, Polonia se adelantó con gol de Kowalczyk antes del descanso. En la segunda parte, Abelardo (65’) y Kiko (70’) remontaron, pero Staniek igualó en el 75’. Cuando todo el mundo pensaba en la prórroga, Kiko enloqueció al Camp Nou con un gol que valió oro (3-2).

¿Siguen siendo los JJ.OO. de Barcelona los mejores de la historia?

“Sí. Para mí, sí. Primero porque la organización fue excelente y lo vivimos en casa. Eso supuso un cambio enorme para la ciudad, sobre todo a nivel de abrirse hacia el mar y darle una cara nueva a Barcelona”, sostuvo Albert Ferrer al comparar lo que significó Barcelona 92 con los Juegos Olímpicos que se han realizado posteriormente.

“Creo que todo contribuyó a un gran espectáculo. Y también fue uno de los momentos más importantes de mi vida”, apuntó.