PGA CHAMPIONSCHIP

Woods jugó con el corazón

No quería perderse otro ‘major’ y está luchando por estar en la Ryder Cup. Decidió jugar en Valhalla pero quizá no fuera la mejor decisión. Está sin confianza

Woods todavía no está a su mejor nivel

Woods todavía no está a su mejor nivel / sport

Neus Yerro

Tiger Woods decidió jugar el PGA Championship apenas cuatro días después de haberse retirado del WGC-Bridgestone Invitational por problemas en la espalda. No quería perderse otro ‘major’ este año, además, el último, la última oportunidad para convencer a Tom Watson, capitán estadounidense de la Ryder Cup que se disputará en septiembre próximo en Gleneagles (Escocia).

Woods no evidenció problemas físicos pero, como ha venido sucediendo desde que regresara a la competición, ha mostrado que su juego no es el de antes. En especial, en el ‘green’. Abrió su primer recorrido, formando pareja con Phil Mickelson y Padraig Harrington, que tampoco brillaron, en Valhalla con dos ‘bogeys’. Mal presagio. La cifra aumentaría hasta cuatro al concluir los primeros 18 hoyos, por tan sólo un ‘birdie’, lo que le dejó, con un total de 74 golpes, a nueve del grupo de cabeza en el que se encuentran el inglés Lee Westwood y los estadounidenses Kevin Chappell y Ryan Palmer.

Quizá debería habérselo pensado mejor cuando antes de iniciar su concurso aseguró que estaba en el PGA “para ganar”. Porque la realidad es que en la jornada de hoy va a estar luchando no por un título sino por salvar el corte. Esos nueve impactos de distancia son muchos y más teniendo en cuenta su actual nivel de juego. En un gesto que le honra no quiso culpar a su físico de un recorrido para olvidar: “mi espalda está un poco agarrotada pero nada más. Voy a ir a recibir tratamiento y a asegurarme de que estoy en las mejores condiciones para el próximo día. Si logro acabar bajo par un par de rondas (hoy y mañana)... Pero hoy (por ayer) no estuve bien. Muchos malos golpes y en el putt no conseguí embocar, una mala combinación. Así son las cosas”, declaró Tiger tras cerrar su primera jornada. Su compañero Phil Mickelson aseguró que “jugó con el corazón. No es fácil seguir luchando cuando tu juego no está donde tú querrías que estuvieras y estás cometiendo errores que normalmente no sueles cometer”.

La primera jornada tuvo otros protagonistas. Para empezar, vivió dos abandonos: por un lado, Matt Kuchar, que no pudo salir a disputar ni un solo hoyo por una lesión en la espalda; por el otro, el defensor del título, Jason Dufner, cuando había disputado ya diez hoyos, a consecuencia de un problema en las cervicales. 

En cabeza, al término de la primera ronda, un grupo de varios jugadores con una tarjeta de 65 golpes, entre los que figuraba el inglés Lee Westwood –que ha manifestado su deseo de ganarse el billete para el equipo europeo de la Ryder Cup– o los estadounidenses Kevin Chappell y Ryan Palmer. El número uno del mundo, Rory McIlroy, pasó un pequeño bache (doble bogey en el hoyo 10 y bogey en el 11) pero lo solventó con cuatro ‘birdies’ consecutivos para no distanciarse demasiado de la cabeza. 

Rafael Cabrera-Bello era el español mejor clasificado, con una tarjeta de 69 golpes ya que Sergio García tuvo que conformarse con finalizar con un golpe bajo par (70), resultado que certificó en el último hoyo.