Landa, dos días para ganar el Giro

Pedro Delgado analiza para SPORT la táctica que debe emplear el corredor vasco si quiere conseguir la ‘maglia rosa’

La 18ª etapa resultó más inquieta de lo esperado con el abandono de Almeida por covid y los 1.43 minutos que Juanpe López cedió a los favoritos por un corte

Landa, ante su gran oportunidad

Landa, ante su gran oportunidad / AFP

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Un detalle previo… hasta ahora solo ha habido un final en alto en todo el Giro, el Blockhaus, en la novena etapa. Y este hecho ha perjudicado muchísimo a Mikel Landa, que tiene dos días para intentar la victoria, un reto difícil pero no imposible, tal como lo define Pedro Delgado, consultado por este diario.

En cambio, Landa afronta, este viernes y el sábado, las dos etapas finales de montaña que finalizan en altitud y no tras un descenso. Y lo hará sin la amenaza de Joâo Almeida, que no tomó la salida este jueves tras dar positivo por covid. Dos jornadas que llegan después de un día más inquieto de lo esperado porque Juanpe López, nueva 'maglia bianca' (líder de la clasificación de los jóvenes), se dejó 1.43 minutos con los favoritos en la meta, por un corte que, por ahora, no inquieta su liderato. El corredor belga del Alpecin, Dries de Bondt, se llevó el premio de la victoria.

“Landa tiene que lanzar la moneda al aire -analiza Delgado- y el sábado es el día. No lo tiene nada fácil. Pero el sábado y en la Marmolada Landa tiene que atacar sin mirar atrás”. Es la táctica que emplearía Perico, ganador del Tour de 1988 y de las Vueltas de 1985 y 1989.

El sábado, a priori, tal como asegura Delgado, es el gran día, la etapa reina y la cita del Giro con los Dolomitas; primero, San Pellegrino (18,5 kilómetros al 6,2% y rampas máximas del 15%), luego el Pordoi (11,8 kilómetros al 6,8% y rampas del 10%) y la ascensión final a la Marmolada (un muro de 14 kilómetros a un promedio del 7,6% y porcentajes máximos del 18%, una animalada).

Landa debe tener en cuenta varias circunstancias a la hora de atacar y lanzar la moneda al aire que le recomienda Delgado. Carapaz no parece tan fuerte como cuando ganó el Giro en 2019 y supuestamente (solo supuestamente) Hindley se ha conformado en subir a rueda y no ha lanzado a su potente Bora (con Emmanuel Buchmann y Wilco Kelderman, a la cabeza) a romper la carrera tal como hizo en la etapa de Turín, del sábado día 21.

En cambio, él dispone de tres corredores clave para endurecer y romper la cabeza: Pello Bilbao (el miércoles sufrió las consecuencias de la caída del día anterior), Santiago Buitrago (el colombiano ganó la etapa de Monterovere) y Wout Poels, que estuvo el miércoles al lado de Landa cuando solo quedaban en acción los tres primeros de la general.

“No es sencillo -repite Delgado- pero tiene equipo para endurecer y fatigar a los rivales. El sábado debería lanzar el ataque definitivo a tres o cuatro kilómetros de la meta”. Y a ver quién le sigue. Puede que peque de conservador, pues el podio ya es un gran premio. Pero, a la vez, el duelo entre Carapaz y Hindley también puede favorecerlo, por lo que debe saber aprovecharse de la pelea de sus dos contrincantes”.

Antes, este viernes, llega la cita con el Santuario de Castelmonte tras un breve paso por Eslovenia donde se ascenderá el Kolovrat, otra subida complicada. “Ya sin Almeida el viernes también podría probar a sus dos rivales de cara a la cita con la Marmolada”, añade Delgado. Queda Giro y aunque el reto es muy complicado, Landa está ante una oportunidad única para tratar de vestirse de rosa y convertirse, después de Miguel Induráin y Alberto Contador, en el tercer ciclista español que conquista el Giro.