Catalunya se exhibe en la fiesta de Montilivi

Catalunya celebrando uno de los goles en Montilivi

Catalunya celebrando uno de los goles en Montilivi / Javi Ferrandiz

Albert Rogé

Albert Rogé

La selección de Catalunya protagonizó una gran noche en Montilivi. Los de Gerard López cuajaron un gran partido y se llevaron la victoria ante una Venezuela que no vino a Montilivi a pasearse. Bojan y Javi Puado fueron los artífices goleadores en una noche para recordar.

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Amistoso

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Alineaciones
Catalunya
Edgar Badia; Aleix Vidal, Piqué, Bartra, Didac Vilà; Jordan, Granell, Pere Pons, Melendo; Sergio García y Bojan. También jugaron: Becerra, Montoya, Víctor Sánchez, Cardona, Cucurella, Romeu, Puado, Muniesa, Aleix García, Pere Milla y Riqui Puig
Venezuela
Faríñez; González, Osorio, Chancellor, Rosales; Junior, Yeferson, Yangel, Rincón, Murillo y Josef Martínez.

El regreso de Catalunya a los terrenos de juego no podía ser un partido más. Y no lo fue. Delante de ellos una Venezuela que llegaba con la moral por las nubes tras derrotar a la Argentina de Messi (1-3). Y Catalunya le bajó a la tierra. Los de Gerard López arrancaron el encuentro con una intensidad nada propia de un amistoso. Con un centro del campo dónde Jordan y Melendo hacían las delicias de los espectadores, la selección catalana buscaba el primer gol del encuentro. Otro en sumarse a la fiesta fue Aleix Vidal. El lateral derecho del Sevilla vino con ganas de reivindicarse y su banda fue el mejor antídoto para tumbar el muro venezolano. Pere Pons fue el primero en avisar. Le siguió Jordán. Acto seguido, empezó el campeonato de travesaños. Como esos últimos minutos de entrenamiento dónde los más ociosos se retan en busca del disparo perfecto. El primero en encontrarlo fue Murillo, que remataba al palo tras jugada de Yeferson. Después fue Rosales. El blanquiazul, que ya ha demostrado que de golazos sabe un rato, mandaba el balón al palo tras una espectacular jugada por la derecha de Murillo. Catalunya no podía ser menos. Y quién mejor para participar que Gerard Piqué. El central catalán se pedía una falta cerca de la frontal y su disparo se iba directo al travesaño. 10 puntos para él. Rosales se picó e hizo lo propio en el otro lado del campo. 20 puntos para él y ganador del reto. Cuatro palos y cero goles fue el resumen de una primera parte muy entretenida en Montilivi.

En la segunda parte dejaron los concursos para otro día y empezaron los goles. Eso sí, antes dejaba el terreno de juego Gerard Piqué y en su lugar entraba Riqui Puig. Catalán por catalán. Azulgrana por azulgrana. Y claro, Riqui Puig no quiso ser menos protagonista que el central y se puso el traje de mago. El centrocampista se erigió en el líder del centro del campo y de su asistencia nació el primer gol del encuentro. Cucurella, que había entrado al descanso, se zarpaba de dos defensores, se la entregaba a Riqui y éste, con un pase en homenaje al ausente Xavi Hernández, la filtraba entre toda la defensa para que Montoya le regalara el gol a Bojan Krkic. Los catalanes se vinieron arriba y buscaron el segundo gol pero lo que llegó fue el tanto de Venezuela. Si en el gol catalán Montoya había sido generoso, también lo fue en el otro lado. El lateral cedía para el guardameta Becerra pero Rosales, el más listo de la clase, la interceptaba y perforaba la portería local. Tras dos palos, a la tercera fue la vencida para Rosales. A partir del gol, el partido se convirtió en un correcalles. Nadie quería el empate. Si en la primera parte el ataque catalán pasó por la derecha con Vidal, en la segunda la izquierda de Cucurella se llevaba todo el protagonismo. Eso sí, con la misma suerte que en la primera al no encontrar rematador. Los catalanes lo intentaron de todas las maneras posibles pero sus disparos siempre terminaban en las manos de Romo o marchándose lejos de la portería. Pero ya saben el dicho. El que la sigue, la consigue. Y eso va en el ADN de Catalunya. Que no se rinde. Que lucha siempre hasta el final. Y siempre se sale con la suya. Eso sí, con sufrimiento. No fue hasta dos minutos antes del pitido final cuando Javi Puado aprovechaba un error defensivo para marcar el tanto de la victoria. Perfecto colofón para una afición que se desvivió por Catalunya.