Pablo López, del agua al césped

Pablo López compaginó el fútbol con el waterpolo hasta cumplir los nueve años

Pablo López, en la  CE Joan Gamper

Pablo López, en la  CE Joan Gamper / sport

Albert Rogé

Albert Rogé

El torneo MIC siempre descubre a las mejores promesas del fútbol base del Barça. A menudo, muchos de los aficionados ven por primera vez en acción a los jóvenes futbolistas en este tipo de torneos. A partir de allí, empiezan a enamorarse de su juego y lo siguen a lo largo de su formación futbolística. Una de las ediciones del MIC más recordadas es la de hace cuatro ediciones donde el Alevín  A del Barça ganó en la gran final al Real Madrid. Muchas recopilaciones se hicieron de esa final y uno de los grandes protagonistas fue Pablo López. Partiendo desde el lateral derecho y con el brazalete de capitán en el brazo, el azulgrana dio un repertorio de regates, incluyendo ruletas, que desataron la admiración de todos los presentes. Ese partido fue su puesta en escena para muchos aficionados aunque los seguidores del fútbol base del Barça ya sabían de sobras quién era Pablo López.

Nacido en Terrassa, la vida de Pablo siempre ha estado relacionada con el deporte. A los dos años ya perseguía el balón en el campo San Pedro de Terrassa mientras miraba cómo jugaba a fútbol su prima Sara. La cosa va de primos ya que con cuatro acudía a ver a su primo Ángel. Esa fue una de sus primeras  veces ya que en los campus de fútbol le dejaban participar en algunos ejercicios. Viendo su amor por el balón, sus padres decidieron apuntarle en el CN Terrassa a sus cinco años. Allí arrancó su formación y en la siguiente temporada se enfundó la camiseta  del Terrassa FC. Ese año en el Barça se fijaron en el Barça y decidieron incorporarlo en el siguiente Prebenjammín. Pablo es de los pocos del actual Cadete B que lleva toda la vida vistiendo la azulgrana. Ocho temporadas. Se dice rápido pero solo su familia sabe  todo lo que comporta jugar en el Barça tantos años. Detrás de esos jugadores, hay un gran sacrificio de las familias y en el caso de Pablo en su familia no es el único que triunfa en el mundo del deporte. El agua siempre ha gustado mucho en su casa y Pablo realizó waterpolo hasta los nuevos años  convirtiéndose en campeón de Catalunya con el CN Terrassa. Pero como decimos, no es el único. Su hermana Aida es una crack en la natación. Nada se le resiste y ya ha ocupado la primera posición en infinidad de ocasiones. Entre Pablo y Aida hay una gran relación y siempre que su modalidad se lo permite, se animan desde la grada. También sus padres, que se intentan repartir para estar siempre presentes en los estadios. Los que seguimos el fútbol base cada fin de semana ya es inconfundible la estampa de su padre José, cámara en mano, fotografiando a todos los jugadores. Muchas de esas imágenes, se pueden ver en las redes sociales de todos los jugadores.  

En el fútbol 11, Pablo compagina la posición de lateral derecho y la de extremo. Su profundidad da mucho aire al juego azulgrana y sus conducciones desde detrás generan infinidad de ocasiones. Tiene un gran uno para uno y pone  balones al área que son caviar para los delanteros. Su futuro solo el tiempo lo marcará aunque en su familia tienen claro que lo importante es que Pablo sea feliz.