La batalla campal continuó fuera del Velodrome de Marsella

El pitido final del árbitro Niccola Rizzoli en el Inglaterra-Rusia no acabó con la jornada de tensión entre seguidores ingleses y rusos. Las calles de Marsella volvieron a ser el escenario de trifulcas que se fueron alargando a medida que avanzaba la noche, ante la preocupaciòn de las fuerzas de seguridad francesas, desbordadas por una batalla campal interminable.

De hecho, llamó la atención que, pese a los estrictos controles de seguridad que se realizan en todas las sedes de partidos de la Eurocopa 2016, aficionados rusos lograran introducir en el estadio Velodrome de Marsella artefactos como cohetes, bengalas y petardos. No sirvieron de nada los tres anillos preventivos en el que los espectadores son cacheados.

A la salida del estadio, los rifirrafes continuaron, en unas escenas que no solo se vivieron en Marsella. En Niza, seguidores radicales de Polonia e Irlanda del Norte se las tuvieron antes del partido que enfrentará a ambas selecciones este domingo. Malas noticias para la organización de la Eurocopa, cuando solo se llevan dos jornadas de un torneo que acabará en Saint-Denis el próximo 10 de julio.