¿Los eSports son un deporte?

Seguramente, y aunque no seas un actor principal del sector de los esports, habrás escuchado la gran y absurda polémica que hay en torno a clasificar o no los esports como un deporte. Para mí, las preguntas más importantes a responder son: ¿Realmente es tan importante encasillarlos cómo tal? ¿Qué se gana con esta discusión? ¿Qué intereses hay detrás?

Estamos inmersos en un toma y daca que no lleva a nada y que ralentiza la verdadera preocupación que deberíamos tener todos en la cabeza: establecer bien los cimientos de un nuevo sector, por qué no, llamado esports. Antes de expresar mi opinión, me gustaría encuadrar el marco y el entorno en el que nos encontramos.

Por un lado, están los que defienden que son un deporte, argumentado que los esports cuentan con estructuras parecidas a las que vemos en el deporte tradicional, es decir, la entidad que pivota a los diferentes equipos de las distintas categorías es un club. Como tal, cuentan con un espacio de entrenamiento, analistas, entrenadores, preparadores físicos, psicólogos, fisioterapeutas, etc.

Los miembros del equipo firman contratos por temporadas y, según su trayectoria de triunfos, tienen un caché más o menos alto. Antes de formar al equipo profesional que representará el escudo, imagen y filosofía del club, se realizan los correspondientes y necesarios “ojeos” dentro del sector para poder contar con el equipo más competitivo que se enfrentará a sus semejantes en una liga profesional. Hasta este momento no hay nada de diferente de lo que ya conocemos como descripción de deporte, por lo que es muy justo decir que los esports son un deporte.

Por otro lado, encontramos a los detractores de esta idea que, aunque sí que reconocen toda la estructura mencionada, no pueden permitir que se encasillen los esports como deporte porque como comúnmente se comenta “no se suda la camiseta”. Los detractores creen que no hay esfuerzo físico durante un partido.

En este punto es necesario realizar una pequeña aclaración: los esports son equipos que se enfrentan utilizando un videojuego como hilo conductor, por lo tanto, sentados ante una pantalla de ordenador. Realmente, ¿este punto es lo más importante de todo lo que rodea a los esports para determinar si son un deporte o no? Estar jugando implica concentración, estrategia, saber controlar emociones ante el ataque del contrario y como no, una gran preparación física para poder hacer frente a partidos que a veces, pueden alargarse a más de 150 minutos.

¿Qué diferencia hay con lo que conocemos como el deporte tradicional? Sinceramente, sea deporte o no, lo que hay que tener en cuenta es que los esports mueven masas, grandes inversiones, cifras alucinantes de audiencia y cifras escandalosas de ingresos. ¿No sería más lógico poner todos los esfuerzos para hacer posible que el sector se asentase, entender que es una forma más de entretenimiento y, por lo tanto, una puerta enorme a grandes negocios? ¿Qué más da si es deporte o no deporte? La nomenclatura con la que se defina es algo banal, lo que hay que tener claro es que, queramos o no, el entorno digital nos envuelve y es el futuro. ¿Trabajamos de forma conjunta para que sigan creciendo los esports?