Vicente Moreno, cuestión de horas

Vicente Moreno ha estado tres años en el Mallorca

Vicente Moreno ha estado tres años en el Mallorca / EFE

Jonathan Moreno

Ilimitada era la paciencia de Job -no hablamos del ídolo pacense José María Sánchez Guerra, sino del personaje bíblico-, aunque la de los seguidores espanyolistas tampoco le anda a la zaga. Después de la esperpéntica temporada sufrida y el descenso de categoría llegó la secuela con el vodevil de la contratación del nuevo técnico. Ahora sí que sí, Vicente Moreno tiene todas las papeletas para ocupar el banquillo blanquiazul la campaña venidera. El anuncio oficial podría producirse mañana mismo. El de Massanassa pronto asomará por El Prat.

La lógica cerrazón de Andy Kohlberg a negociar una rebaja en la cláusula de un millón de euros demoró la operación hasta el hartazgo. Sin embargo, la situación viró radicalmente esta tarde. Las negociaciones dieron su fruto y el Mallorca aceptó una rebaja de la cláusula de medio millón de euros. El Espanyol asumirá así una parte de la rescisión del contrato del valenciano y ‘Promosport’, agencia que representa a Vicente Moreno, cede en sus pretensiones económicas en cuanto al dinero que debía percibir el preparador en su salida de la isla. Todas las partes acaban transigiendo por el beneficio común.

Con todo este enroque ajedrecístico, el entrenador puede empezar a pensar de una vez por todas en blanquiazul. Moreno y el Espanyol acordaron un contrato por tres temporadas para iniciar un proyecto que a corto plazo permita devolver al equipo a Primera División, su hábitat natural en los últimos lustros. Se desencalla el primer gran movimiento del verano. A por el siguiente.

CANDIDATO IDEAL 

La apuesta por Vicente Moreno era total. Rufete y José María Durán consideraban que era el candidato idóneo. La espera, sin embargo, se eternizaba. El tiempo apremiaba y el nuevo proyecto debía empezar a andar cuanto antes. El entrenador era la piedra angular. Sin él y su beneplácito, las futuras incorporaciones de la plantilla estaban en compás de espera.

Cada vez había más voces partidarias de reactivar otras opciones que se habían barajado. Por candidatos a dirigir el cuerpo técnico espanyolista no iba a ser. La idea de un ‘Plan B’ no era descabellada. Y ese hubiera sido Rubén Baraja. El pucelano anunció hace una escasa semana que no iba a continuar en el Tenerife y que  busca nuevos e ilusionantes retos. Y no hay uno mayor que devolver al Espanyol a donde pertenece históricamente. 

En la carpeta de futuribles aparecían otros nombres ya conocidos. Fran Escribá continuba en la recámara, incluso la opción de Pacheta. Moreno será finalmente el encargado de la nave.