El Espanyol resucita en la Cerámica

Vital triunfo del Espanyol en casa del Villarreal

Arnau Montserrat

Sí se puede. Fue el cántico que entonaron con más fuerza los casi 3.000 aficionados pericos que invadieron el Estadio de la Cerámica. Un lugar que puede ser el punto de inflexión a una temporada que estaba siendo nefasta. La llegada de Abelardo le ha cambiado la cara a los blanquiazules que creen. Hay fe y hay esperanza.

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LaLiga

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Alineaciones
Villarreal
Asenjo; Mario Gaspar (Rubén Peña 69'), Albiol, Pau, Alberto Moreno (Ontiveros 80'); Anguissa (Moi Gómez 54'), Trigueros, Iborra, Cazorla; Chukwueze y Bacca.
Espanyol
Diego López; Javi López, Bernardo, Naldo, Dídac; Marc Roca, David López (Iturraspe 85'), Darder. Melendo (Calero 74'); Calleri (Víctor Sánchez 63') y Raúl de Tomás.

Las hay porque el juego que desplegó el Espanyol ante el Villarreal rozó la perfección dentro de las limitaciones que todavía tiene el equipo. Siguen a cuatro puntos de la salvación por los resultados del resto de equipos pero las sensaciones transmitidas hacen indicar que del pozo se puede salir. 

La primera parte del Espanyol fue de largo, la mejor realizada en toda la temporada. Un inicio donde atropellaron a un Villarreal que no sabía ni por donde le entraban. A través del balón y con un juego directo. Si además le sumamos la pizarra de Abelardo el resultado es un gol de David López en el minuto seis que despertaba la euforia perica bien temprano. Peinó Naldo para que el ahora centrocampista rematara a placer batiendo a Asenjo.

Al los castellonenses les costó entrar en el partido y apenas intimidaron a Diego López. Incluso pudieron marcharse al descanso con más desventaja en el marcador si Raúl de Tomás hubiera acertado en sus dos ocasiones más claras. 

Lo que no metió en la primera lo anotó en la segunda. El fichaje más caro de la historia del club remató de forma impecable el centro medido de Calleri para poner tierra de por medio a los dos minutos del reinicio. No parecía que se le pudiese escapar el partido a los de Abelardo pero para revivir al Villarreal estaba González Fuertes.

El colegiado señaló un penalti por manos de Javi López que además fue expulsado de forma directa. Un penalti dudoso porque antes de rebotar en la mano del capitán le tocó en el muslo. De ninguna manera era expulsión. Con diez y el gol de Cazorla que no perdonó el regalito del colegiado asturiano el Espanyol sufrió la gota gorda para mantener el resultado. 

Dos palos, una mano providencial de Diego López y una solidez defensiva que no se había visto hasta ahora. Un partido que se hubiera perdido unas semanas atrás. Hoy se ganó. Sí se puede.