El Espanyol rasca un punto de oro en Mestalla

Javi López acabó expulsado en Mestalla

Javi López acabó expulsado en Mestalla / EFE

Albert Gracia

El Espanyol salió vivo del infierno de Mestalla (0-0). Los de Rubi lo pasaron realmente mal ante un Valencia que afiló sus garras y puso toda la carne en el asador para doblegar a su rival. No obstante, el cuadro espanyolista contruyó un muro inexpugnable con un Diego López que se convirtió en la gran pesadilla del valencianismo. El Espanyol vuelve a sumar a domicilio. El Espanyol compitió bien fuera de casa.

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Liga Santander

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Alineaciones
Valencia
Neto; Wass, Garay, Roncaglia, Gayà; Ferran (Santi Mina, 76'), Parejo, Coquelin (Kondogbia, 68'), Cheryshev; Gameiro y Sobrino (Guedes, 58').
Espanyol
Diego López; Rosales, David López, Hermoso, Javi López; Marc Roca, Darder (Puado, 64'), Granero; Melendo, Borja Iglesias (Ferreyra, 78') y Wu Lei (Semedo, 72')

Mestalla tenía ganas de fiesta. Tras ver como los suyos se hacían grandes en la Europa League, al Valencia le tocaba volver a brindarle una nueva alegría a una afición que empieza a ver la luz al final del túnel. Mientras, el Espanyol, el peor visitante de la categoría, acudía a uno de los estadios más complicados como el niño que entra a una clase nueva y prefiere no hacer demasiado ruido por el qué dirán. Así, los de Rubi arrancaron el encuentro atemorizados por el vendaval valencianista.

El cuadro de Marcelino salió a tope desde un principio. Haciéndose valer de su contragolpe letal, el Valencia avisó en más de una ocasión a un Espanyol que quería dormir el partido con la posesión pero que sufría pérdidas imperdobales. Granero y Marc Roca cometieron dos imprecisiones en la salida de balón que Cheryshev no supo aprovechar.

El ruso, por fuera, y Ferran Torres, por dentro, fueron los jugadores más destacados en las filas de un Valencia que se aferró a la varita de Parejo desde la medular. El capitán controló el partido en todo momento ante un equipo que poco a poco se fue encerrando atrás. Roca acabó incrustado entre centrales para subsanar los movimientos al espacio de Gameiro y Sobrino.

De hecho, fruto de uno de ellos llegó la ocasión más clara de la primera mitad con un zapatazo que se topó con la madera. La Virgen de los Desamparados de Valencia acudía a Mestalla para hacerle un favor al Espanyol. Y lo hizo para quedarse durante todo el partido

Los periquitos continuaron sufriendo en exceso por las bandas. La disposición de Melendo en el sector diestro dio plenas garantías a Gayà para forzar el dos contra uno frente a Rosales y ahí el Valencia encontró una mina para explotar. Todos los centros llegaban por ese sector pero no encontraron un rematador nato. Los fantasmas de la falta de pegada che sobrevolaban Mestalla en el descanso.

En la reanudación se escuchó un: "Ponemos la marcha alta ahora". Era Neto. El cancerbero brasileño pedía algo más a su equipo y el Valencia comenzó la segunda mitad como un tiro. Garay, con un cabezazo, estuvo a punto de perforar la meta de Diego López. Por su parte, el Espanyol volvió a salir contemplativo y no lo pagó caro de milagro.

Y es que Parejo no atinó en un remate franco desde el punto de penalti cuando la afición che ya cantaba el gol. Diego López sacó un pìe espectacular. Faltaba pegada arriba y Marcelino decidió agitar el partido.

Guedes y Santi Mina entraron para revolucionar el ataque pero era Gameiro, el más activo de todos, el que no dejó de intentarlo. Caracoleó en el área en más de una ocasión pero no encontró el camino del gol. Ni el francés ni nadie. El Espanyol también tuvo algún acercamiento en los minutos finales pero no fueron contundentes. Los de Rubi rascaron un punto que viendo el partido sabe a mucho. Mejor un punto que nada.