DEPORTE PARALÍMPICO

Objetivo: Juegos Paralímpicos

La atleta durante una competición internacional.

La atleta durante una competición internacional. / sport

Anna Solà

“Después de todo lo que hemos hecho, vamos a correr y a disfrutarlo”. Esto es lo que pensó Desirée Vila (Gondomar, Pontevedra, 1998) justo antes del pistoletazo de salida de los 100 metros lisos del Campeonato Mundial de Atletismo Adaptado, celebrado a finales del año pasado en Dubai. En ese momento, hacía tan solo dos años y medio que practicaba ese deporte y, de hecho, el camino para llegar a ese mundial había sido más que tortuoso. 

No era la primera vez que Desirée se enfrentaba a una competición internacional. Empezó su trayectoria como deportista profesional en el año 2007, con tan solo nueve años, en la gimnasia acrobática. En esta disciplina desarrolló una carrera envidiable que pasó por primera posiciones en campeonatos gallegos, de España y hasta participaciones en campeonatos del mundo. En el 2015 ganó, junto con su equipo, el campeonato de danza Vigo Porté y, poco después, sufrió una grave lesión que le cambiaría la vida. Una caída provocó que se rompiera la tibia y el peroné y, tras un mal diagnóstico traumatológico, le tuvieron que amputar fatídicamente su pierna derecha por encima de la rodilla.

Pero, para Desirée rendirse no fue una opción. “Después del accidente probé los diferentes deportes que podía hacer con la prótesis. Una vez que empecé a correr, me gustó mucho y decidí  entrenar. No tiene nada que ver con  la gimnasia acrobática: antes competía en equipo y ahora compito contra mí misma, tengo que superar mis propias marcas”, compara la viguesa en una entrevista para el periódico SPORT. 

Los valores del deporte, que había adquirido desde pequeña con la gimnasia acrobática y entre los que se encuentra la superación, fueron sin duda cruciales para afrontar su renacer en el mundo del deporte. “La gimnasia es muy disciplinada, te hace renunciar a otras cosas para poder entrenar y, obviamente, adquieres una madurez y unos valores que luego te ayudan en cualquier situación de la vida”, reflexiona Vila. “A mí, por ejemplo, me ayudaron para poder empezar a practicar atletismo. Ya estaba acostumbrada a este tipo de vida, con la gimnasia entrenaba tres horas al día durante todos los días de la semana. Cambié de deporte pero, al final, la rutina diaria, la disciplina y el tener que cumplir con los entrenamientos y los horarios es algo que ya hacía antes”, continúa la atleta.

Tras una situación sobrevenida y un cambio de deporte, la vida de Desirée Vila dio un giro de 180 grados. Se mudó a Madrid para entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de la ciudad, empezó a estudiar Relaciones Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos y decidió dedicarse profesionalmente al deporte paralímpico con la aspiración de competir en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. La carrera en el atletismo adaptada de la viguesa de 21 años empezó en el 2018 y acumula méritos tan destacables como dos Campeonatos de España en 100 metros lisos y en salto de longitud por comunidades y clubes; un Campeonato de España en 60 metros lisos y la sexta posición en salto de longitud en el campeonato europeo.

Su participación en el Campeonato Mundial de Atletismo Adaptado en Dubai no fue reseñable en cuanto al podio pero fue, sin duda, un momento de disfrute y superación para Desirée. Es el triunfo deportivo que más valora la deportista: “aunque no gané ninguna medalla, para mí fue un éxito porque venía de una temporada muy complicada a causa de las lesiones. También fue complicada a causa de cuestiones burocráticas y de entrenamiento. Al final, cuando terminó la temporada, después de tantos meses entrenando bajo el sol de Madrid en verano, poder correr en el mundial fue liberador”, destaca.

Éxito personal

Las victorias deportivas son importantes, pero las mentales aún más. Desirée se lleva todo lo que aprende en el terreno deportivo a lo personal, un aprendizaje con el que cosecha una victoria tras otra. “El día que me pusieron la prótesis y aprendí a caminar para mí fue también un éxito personal. Las clases de rehabilitación con el fisioterapeuta para fortalecer el muñón y trabajar la fuerza antes de ponerme la prótesis me las tomaba como el entrenamiento. Y el día de la competición fue el día que me pusieron la prótesis y aprendí a andar con ella”, recuerda.

A lo largo de su trayectoria, ha demostrado que la superación es un valor que la define y que gracias a este carácter puede compaginar el entrenamiento de élite, la carrera y su trabajo como embajadora de marcas. “La labor de los deportistas como yo es hacer llegar nuestro mensaje a la sociedad para hacerla cada vez más inclusiva. Debemos empezar desde la base, desde los niños. Cuando un adulto les pide que no miren la prótesis, que no la toquen, van a pensar que es algo negativo. Pero si nosotros dejamos que se vea, lo explicamos y les dejamos que pregunten, lo podremos normalizar y van a ser personas respetuosas con la discapacidad desde ese momento y durante el resto de su vida”, explica la deportista.

En su figura como referente, Vila escribió día tras día lo que finalmente se convertiría en su primer libro, 'Lo único incurable son las ganas', un dietario con múltiples lecciones vitales. “Lo hice para sacar de dentro a fuera todos mis sentimientos, todo lo que iba viviendo después del accidente. Mis padres lo leyeron y me aconsejaron publicarlo para ayudar a otras personas”, explica Vila. A sus 21 años, la corredora ya es un ejemplo para muchos.

Desirée Vila tiene, además, muy claras las dificultades del deporte adaptado y, por ello, se esfuerza en visibilizarlo a través de su canal homónimo de Youtube. Destaca que “a nivel deportivo, las personas con discapacidad lo tenemos mucho más complicado para acceder al mundo del deporte por cuestiones económicas, ya que las prótesis y las sillas de ruedas de competición no las cubre la Seguridad Social y son especialmente caras. La principal barrera es esa, la falta de recursos”. 

No obstante, reconoce el apoyo que afortunadamente el deporte adaptado está recibiendo por parte de cada vez más compañías. Gracias al apoyo de empresas como CaixaBank, principales patrocinadores del Plan ADOP, deportistas como Desirée Vila pueden dedicarse al deporte de élite. “Este tipo de apoyos son imprescindibles. Es importante que haya empresas inclusivas, que apuesten por los deportistas con discapacidad. Estamos demostrando que nuestras horas de entrenamiento tienen los mismos resultados que las de los deportistas sin discapacidad”. En los juegos de Río de Janeiro en el 2016, los deportistas paralímpicos se hicieron con 31 medallas, frente a las 17 de los deportistas olímpicos.

Tokio 2020

Su próximo reto son las clasificaciones preolímpicas de cara a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, cuyo calendario está detenido a causa de la expansión del covid-19. “Llegar a competir en las Olimpiadas depende de muchos factores, pero creo que lo tengo bien para conseguirlo. De momento tengo la mínima B y la A muy cerca”, repasa. Participar en una competición así es el sueño de cualquier deportista, pero para Vila sería, además, la recompensa a todo el trabajo, las dificultades vividas, la perseverancia y, al fin y al cabo, al amor por el deporte.