Claudio Bravo, decisivo y campeón de la Copa América

La fina del Copa América, que terminó con Chile campeón en los penaltis, tuvo la presencia de tres jugadores de FC Barcelona que, en diferente medida, fueron importantes para sus selecciones, aunque el campeonato se decició desde los once metros, por lo que Argentina pierde su segunda final consecutiva y los anfitriones ganan su primera Copa América. Veamos caso por caso. 

Leo Messi estuvo muy activo desde el incio del encuentro. Pese a que Chile tomó el mando, los ataques argentinos pasaron por sus botas, con pases magistrales entre líneas al Kun Agüero y también al delantero del Machester City le puso un centro perfecto en el lanzamiento de una falta. Se probó con varios cambios de ritmo y presionó como el que más cuando el partido estaba más roto.

La segunda parte fue otra cosa, estuvo desaparecido y salvo los minutos finales en los que inció varios ataques con velocidad e intensidad, el delantero argentino del Barça no jugó a su mejor nivel. En la prórroga imitó el juego del segundo periodo, es decir, prácticamente no se le vio. Esó sí, marcó su penalti con decisión. 

El otro argentino culé, Javier Mascherano se enfrentó a un complicado partido, ya que la primera parte de la final de la Copa América fue un desconcierto y el maestro de orquesta no encontró su lugar. El ritmo del encuentro y el dominio chileno obviaron su figura. Ya en la segunda parte le mostraron una amarilla por una clara mano y empezó a tener más peso en el último tramo y al comienzo de la primera parte de la prórroga hasta que cometió un fallo imperdonable cuando no cortó un balón que asistió a Alexis Sánchez, que tuvo la oportunidad más clara hasta el momento. A raíz de esa acción quedó bastante tocado físicamente y no apareció en lo que quedaba. 

Por otro lado, el guardameta chileno Claudio Bravo realizó un partido muy serio. Paró la acción más clara de Argentina al filo del descano cuando Lavezzi se encontró un balón en el borde del área y golpeó fuerte. Él blocó con los puños para mantener el empate a cero. En le segunda mitad, cuando apretó Argentina, se mantuvo sólido y destacó en las acciones a balón parado en las que se hizo enorme. En la tanda de penaltis tuvo la suerte del fallo de Gonzalo Higuaín y detuvo el lanzamiento de Banega para dejar prácticamente decidida la final.