Romario, el mago del gol

1993

1993 / sport

David Salinas

- El Dream Team adquirió más brillo con la llegada de una nueva estrella que marcó la diferencia

- El crack brasileño cumplió su promesa y marcó 30 goles en su primera temporada

No hacía ni un mes que el Dream Team se había proclamado Tricampeón de Liga (1991, 1992 y 1993) cuando se confirmaba el fichaje de Romario, un goleador de ensueño que hacía diabluras en el área. Pese a esconder al brasileño en su casa veraniega de Sant Vicenç de Montalt, el vicepresidente azulgrana Joan Garpart fue ‘cazado’ junto al crack y fue entonces, el sábado 17 de julio, cuando se conocieron los detalles (fichó por tres temporadas con opción a otras tantas renovaciones año a año, costó 450 millones y su ficha se fijó en un millón de dólares) y dejó sus primeras impresiones como azulgrana: «Es un honor que Johan Cruyff haya insistido tanto en lograr mi fichaje», dijo, para agregar que «estoy muy contento porque ficho por uno de los mejores equipos del mundo». Romario prometió goles y anunció que su deseo era el de colgar las botas en el Barça.

Romario, el noveno extranjero de Johan Cruyff, pasó la revisión médica la mañana del domingo 18 de julio y, por la tarde, acudió a la Monumental para presenciar una corrida de toros. Al día siguiente, lunes 19, fue presentado junto al presidente Josep Lluís Núñez, que confesó haber quedado «maravillado» con los goles que le había visto marcar en un vídeo. El crack brasileño debutó el 31 de julio contra el Feyenoord, con derrota por 4-2. Se perdió los dos primeros partidos del stage de Roden (Países Bajos) por un esguince en el pie izquierdo.

Romario, que marcó 14 goles durante la pretemporada, tuvo el debut oficial soñado: convirtió un hat-trick contra la Real Sociedad (3-0) en la primera jornada de Liga y demostró que, con su concurso, el Barça era un equipo de un gran potencial al contar con Stoichkov, Koeman, Begiristain, Bakero, Salinas, Laudrup...

Había prometido que llegaría a los 30 goles y lo cumplió, anotando el último en la última jornada de Liga contra el Sevilla el día que el Barça se proclamó campeón de Liga gracias a su victoria (5-2) y al empate (0-0) entre el Deportivo y el Valencia en Riazor. Romario, que solo estuvo una temporada y media en el Barça, dejó huella entre la afición por sus goles de dibujos animados. Uno de los más vistosos fue el que marcó en Pamplona. Pero el que lo consagró fue el que marcó contra el Real Madrid en el Camp Nou (5-0) después de una ‘cola de vaca’ a Alkorta. 

El Barça, con el brasileño en sus filas, firmó un fútbol de mucha calidad y se entendió muy bien con jugadores de la zona ancha como Guardiola; también con los de vanguardia. El Barça 1993-94, en cuatro competiciones (56 partidos) firmó 123 dianas y 32 llevaron la firma del desequilibrante Romario, uno de los jugadores más especiales que pasaron por el Camp Nou.

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¿QUÉ FUE DE ÉL?

Romario, después de dejar el Barça a inicios de 1994, siguió jugando y pasó por las filas del Flamengo, Valencia, Flamengo (otra vez), Vasco da Gama, Fluminense, Al-Sadd, Vasco da Gama (nuevamente), Miami, Adelaide United, Vasco da Gama (tercera etapa) y América. Elegido senador por Río de Janeiro a finales de 2014, pasó a ocupar el cargo en enero de 2015 para los siguientes ocho años (acabará en diciembre de 2022).

En octubre de 2018 se presentó, sin éxito, para ser Gobernador de Río. Romario, en su etapa política, se ha destacado por ser una voz muy crítica con la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y por su lucha en pro de la integración de todas las personas con Síndrome de Down. Su hija Ivy nació en 2005 con este síndrome y, desde entonces, su vida dio un cambio radical, mostrando su lado más entrañable, humano y tierno.

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BRUGUERA TOCÓ EL CIELO DE PARÍS

Para Sergi Bruguera el año 1993 fue especial e inolvidable. El 6 de junio su sueño de niño, ganar Roland Garros, se hizo realidad y, de esta forma, entró en la élite del tenis. A sus 22 años, el tenista catalán vivió un día irrepetible al erigirse rey de la tierra batida en el mítico escenario francés. Bruguera, épico, se impuso en una disputada final a Jim Courier en la pista central de Ronald Garros, ante 17.000 espectadores, por 6-4, 2-6, 6-2, 3-6 y 6-3. Hizo siete ‘aces’, cinco ‘breaks’ y ejecutó 53 golpes ganadores, entre otros muchos números para el recuerdo. Empleó casi cuatro horas para culminar el sueño (3 horas y 59 minutos) y, emocionado, confesó que había tocado el cielo porque «desde los seis años pedía ganar Roland Garros como regalo de cumpleaños». Y agregó que «esto es lo máximo a lo que podía aspirar en mi vida, no puedo pedir nada más».

Bruguera hizo vibrar a millones de aficionados con su victoria ante Courier, número dos del ranking mundial y doble ganador en París en 1991 y 1992. Su llegada a Barcelona fue apoteósica y reconoció, ante la multitud que fue a recibirlo en el aeropuerto, que «no me esperaba un recibimiento como el que he tenido». El entonces nuevo héroe del tenis vivió unos momentos inolvidables.