Guerrero Stoichkov

1990

1990 / sport

David Salinas

- La llegada del búlgaro Hristo Stoichkov dio un plus de agresividad y compromiso al equipo de Johan para seguir creciendo

- Lo fichó Cruyff siendo un gran desconocido para convertirlo en ídolo de la afición culé

La gran novedad del FC Barcelona 1990-91, el tercer proyecto de Johan Cruyff en el banquillo azulgrana, fue el búlgaro Hristo Stoichkov. El delantero, un gran desconocido para la afición, aterrizó procedente del Sredets de Sofía y fue presentado el lunes 14 de mayo de 1990. Sus primeras palabras ya dejaron entrever que no era un jugador cualquiera: «Rechacé ofertas del Milan, Nápoles, Panathinaikos y Juventus para estar aquí. Elegí el Barça porque aquí voy a desarrollarme mejor que en ningún otro lado». O «soy un jugador agresivo y tengo muy mala uva en el terreno de juego». Incluso se atrevió a aspirar a lo más alto: «Si me ayudan mis compañeros, el año que viene puedo luchar por la Bota de Oro».

Lo cierto es que la incorporación de Stoichkov, una petición del técnico de los Países Bajos, fue todo un acierto. El búlgaro mostró capacidad y compromiso desde el debut y se ganó rápidamente el reconocimiento de la afición culé, que vio en él a un ‘guerrero’ entregado a la causa por su defensa a ultranza de los colores. Con el paso del tiempo fue cumpliendo las promesas que hizo, llegando a ser Balón de Oro en 1994 y un consumado goleador. Stoichkov fue azulgrana a lo largo de siete temporadas, entre la 1990-91 a la 1997-98, salvo la 1995-96, en la que defendió la camiseta del Parma. Regresó a su país por un tiempo, pero volvió a emigrar, jugando en Arabia Saudita (Al-Nasr), Japón (Kashiwa Reysol) y Estados Unidos (Chicago Fire y DC United), donde colgó las botas en 2003 con 37 años.

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¿Qué fue de él?

Después de colgar las botas, Stoichkov fijó su residencia en Estados Unidos, para seguir vinculado al mundo del fútbol, aunque ahora en labores de comentarista para la cadena Univisión Deportes, donde ha seguido con su particular estilo, siempre directo y en defensa de los intereses del FC Barcelona y Catalunya. Una de estas polémicas significó su destitución como cónsul honorario de Bulgaria en Barcelona. Durante el tiempo en el mundo de la comunicación también encontró huecos para ocupar algunos banquillos, como el de la selección de su país, Bulgaria, el del Celta de Vigo, Mamelodi Sundows (Sudáfrica) o CSKA de Sofía, en junio de 2013.

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¡Campeón del mundo de rallies!

El piloto madrileño, junto a su copiloto Luis Moya, firmaron una espectacular e histórica temporada que concluyó con la consecución de su primer Campeonato del mundo de rallies. A su versatilidad como conductor, Carlos Sainz añadió un talento innato que lo llevó a cosechar grandes éxitos a lo largo de su carrera deportiva. Este logro, a bordo de un Toyota Celica GT-Four, se fraguó entre enero, con el Rally de Montecarlo, y noviembre, con el de Gran Bretaña. Sainz sumó 140 puntos y se proclamó campeón en las citas de Grecia, Nueva Zelanda, Finlandia y Gran Bretaña. Superó al francés Didier Auriol, segundo con 95 puntos.

Sainz, después de poner un broche de oro al año, aseguró que «la temporada ha sido mucho mejor de lo esperado. Cuando empezamos nunca hubiésemos imaginado que terminaría de esta forma. Ha sido un rallie muy exigente y muy duro, que hemos tenido que pelear tramo a tramo, pero ha valido la pena».