Lewandowski reina en la locura de Salzburgo

El Bayern sigue arrollando en Europa: el Salzburgo, su última víctima

El Bayern sigue arrollando en Europa: el Salzburgo, su última víctima / MEDIAPRO

Albert Gracia

En la locura reinó el de siempre. El Salzburgo le planteó un partido abierto al Bayern. Una apuesta que le salió bien durante 80 minutos, luego los bávaros, cabreados, no tuvieron piedad. Los bávaros, más líderes, le echan una mano al Atlético. 

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Champions League

2
6
Alineaciones
RB Salzburgo
Stankovic; Kristensen, Ramalho, Wöber, Ulmer; Mwepu, Camara, Junuzovic (Okugawa, 65'), Szoboszlai; Berisha (Onguené, 76') y Koita (Okafor, 65').
Bayern Múnich
Neuer; Pavard (Sarr, 74'), Boateng, Alaba, Lucas; Kimmich, Tolisso (Javi Martínez, 74'); Gnabry (Douglas Costa, 91'), Müller (Musiala, 91'), Coman (Sané, 74'); Lewandowski.

Anunciaba la previa partido de goles y el Salzburgo no tardó ni cinco minutos en abrir la lata. Berisha, en escena. Los bávaros trataron de imponer su juego pero nadie logra someter a este equipo en Champions. Con la presión, el despliegue físico y la mentalidad ofensiva por bandera, los austriacos obligaron a los bávaros a jugar en largo, a basar su juego en las transiciones. No es un mal plan para el Bayern, pero los de Flick estaban más que incómodos. No así inofensivos. Aunque los bávaros no jueguen a lo que quieren, te hacen un descosido de la nada. 

Lewandowski tuvo la primera en fuera de juego, luego Lucas forzó un penalti que el VAR invalidó y después Ramalho sacó un remate franco de Gnabry con Stankovic ya vencido. El Bayern no hacía más que llegar, pero no dejó tampoco de recibir, como el cabezazo de Ramalho que sacó Neuer. Un auténtico desastre en defensa, con una línea defensiva bávara que veía como llegaban aviones al área que traían consigo ocasiones y peligro.

Kimmich se pasó el partido como si de un aficionado al tenis se tratara. De un lado a otro. Sin rumbo. No había sitio para el dominio. Todo ida y vuelta, como le gusta al Salzburgo, que no se dejó intimidar ni siquiera con el 1-1. Lewandowski, esta vez sí, anotó el penalti sobre Müller. Con el duelo en tablas, mantuvo el cuadro austriaco el partido loco y anduvo cerca de anotar. En la locura tienes las de ganar con gente tan veloz arriba, pero también las de perder. Müller la puso y Kristensen anotó en propia. 1-2 al descanso. No podía estar más abierto. 

En la reanudación, nueva concesión del Bayern. Ulmer la puso y Mwepu erró ante Neuer. Paradón del alemán. Ahí acabó la tormenta. Porque el Bayern comenzó a llevar el partido a su terreno y encima tuvo opciones de matarlo a la contra. Gnabry obligó a Stankovic a estirarse y el larguero repelió el zapatazo de Coman.

Los bávaros querían sentenciar, aunque el Salzburgo seguía en el partido. Tan vivo como en el inicio. Cuando parecía que los de Flick lo tenían todo de cara, Okugawa apareció para aprovechar la asistencia de Ramalho y empatar el duelo. Saltaba la sorpresa en el Red Bull Arena. El tanto hizo daño al Bayern, que se repuso al golpe como pudo y sacó el espíritu de campeón para lograr el triunfo. Cuatro zarpazos, cuatro goles. Boateng y Lewandowski, de cabeza, Sané, con una rosca imposible, y Lucas con un zapatazo. Es mejor no cabrearlos...