Icardi: la astucia del depredador

Nil Congost

Icardi es sinónimo de gol. El delantero argentino ya lleva 5 goles en lo que va de curso  y su rendimiento no para de crecer. Su última presa, el Milan, fue víctima de un movimiento de delantero centro nato en el último suspiro de partido que le valió a su equipo para llevarse el derbi italiano por la mínima.

Un gol de libro que refleja su instinto con el gol. Como si de un depredador salvaje se tratara, primero se empareja con la presa. Lo fija, y lo atrae hacia donde él quiere para aislarlo de los demás, generándose su propio espacio. Durante el proceso, el ariete no deja de recopilar información siguiendo la jugada y mirando a un lado y a otro anticipándose a lo que va a suceder. Va un paso por delante de los demás.

Cuando finalmente identifica que su equipo está en disposición de progresar, Icardi inicia una primera carrera, oscureciendo la marca para que su marcador pierda la referencia y no sepa dónde está. Aprovecha los giros corporales de su rival para, con sus cambios de trayectoria y velocidad, hacerse con el espacio suficiente y solo tener que empujar con delicadeza un gol que suponía la victoria del derbi italiano italiano. Nada más y nada menos.

Su instinto nato con el gol, la capacidad que tiene para relacionarse con sus compañeros, la inteligencia con la que se mueve dentro del área y la astucia para interpretar el momento exacto, han hecho que Icardi sea pretendido por los grandes de Europa desde tiempo atrás. Durante el último mercado de verano, el argentino sonó con fuerza para el Madrid. Un movimiento que, dada la situación por la que pasan los blancos, podría llegarse a efectuar en el próximo mercado de invierno. La calidad del delantero del Inter está contrastada, y su relación con el gol es indudable. Unas condiciones que podrían suplir las carencias actuales del Real Madrid.