Desavenencias en el Bayern

Guardiola-Rummenigge: Juego de tronos en Múnich

El futuro del catalán estaría en duda por su deseo de obtener más poder contra los deseos de la plana mayor del club bávaro

Robert Wulff

Pep Guardiola, que tras el desastre en Wolfsburgo se reencontrará mañana con el público del Allianz Arena en el partido que enfrentará al Bayern con el Schalke, atraviesa sus momentos más complicados en el club bávaro, hasta el punto de dudar respecto a su futuro más allá del 30 de junio.

A pesar de que el entrenador catalán tiene una temporada más de contrato, las últimas declaraciones cruzadas entre él y el presidente Karl-Heinz Rummenigge han sembrado la duda, por cuanto mientras Pep pareció hablar en pasado en un encuentro con una asociación de aficionados, el dirigente varió su discurso habitual para afirmar que "no hay prisa" en la renovación.

En la trastienda de todas esas palabras alumbra el desencuentro entre el técnico y la dirigencia del club, reticente a los deseos del técnico de tener mayor poder en la parcela deportiva de la entidad. El entrenador, que ya recibió con disgusto las dudas que le expresaron por el fichaje de Xabi Alonso a principios de temporada, no controla ni los fichajes para la cantera ni, tampoco, los planes de entrenamiento del segundo equipo o juvenil y hace meses que espera una respuesta a su demanda de trabajar más en contacto con ellos.

La renovación de Pierre-Emile Hojbjerg hasta 2018, inmediatamente después de concretar su cesión al Augsburgo, la decidieron los dirigentes sin preguntar su parecer al entrenador catalán, quien tampoco fue consultado en el fichaje del joven Joshua Kimmich, por quien el Bayern pagará 7 millones de euros al Stuttgart.

Guardiola, quien ya tuvo un enfrentamiento con el médico en su primera temporada que ha provocado que su relación sea prácticamente inexistente a partir de las lesiones de Thiago Alcántara, considera que la cultura interna del Bayern choca con su forma de trabajar y que si un año y medio largo después de su llegada no ha podido imponer sus criterios no lo conseguirá en el futuro. Sean cuales sean los resultados.

Así, en los últimos meses se ha pasado de hablar de la renovación de Pep más allá de junio de 2016 a dudar de su permanencia a partir de julio de 2015. Todo ello en plena lucha por el poder en el Bayern.