El vestuario del Barcelona solo piensa en la remontada

Si los tres miembros del tridente apuestan por la remontada todo puede ser posible

Si los tres miembros del tridente apuestan por la remontada todo puede ser posible / AFP

Cuentan los que conviven diariamente en el vestuario que el ambiente ha pasado de ser irrespirable hace poco más de tres semanas – cuando el PSG borró del mapa al FC Barcelona– a aceptablemente optimista a día de hoy. Y dicen aceptablemente porque los jugadores no son tampoco unos insensatos y saben que para superar un 4-0 en contra no solo hay que hacer las cosas muy bien sino también tener a la Diosa Fortuna como aliada este miércoles. Los astrólogos lo resumirían como una constelación de estrellas alineadas a favor de uno.

El lunes no hubo ninguna cumbre ni arenga especial de nadie en el vestuario, tampoco los pesos pesados tuvieron que tocar ninguna tecla ni los técnicos que intervenir.

Pero eso no quiere decir que no se hable del partido del miércoles en el vestuarioSe habla y mucho allá dentro. De hecho, es el único tema de conversación donde todos coinciden al unísono. Aparte de las típicas apuestas de quién marcará y cuántos que los más osados se atreven a plantear se respira una sensación general de rabia y orgullo“Somos el Barça”, apuntan. ¿Que quieren autoconvencerse con eso? Pues que hasta que no se demuestre lo contrario siguen siendo el equipo que ha monopolizado el fútbol europeo en la última década con cuatro Champions.

Ese margen de crédito aún no se ha agotado –si bien sería muy doloroso que el equipo cayera en octavos en esta edición, sumado a los cuartos de la temporada pasada–, por lo que el equipo está convencido que “aún no hemos dicho la última palabra en Europa”.

Muchos consideran que la Champions “nos debe una remontada”, una gesta heroica que les abra las puertas a la eternidad, ya que la última gran cabalgata en la historia se remonta al 3-0 de Göteborg en la semifinales de Champions de 1986.

Donde se agarran como un clavo ardiendo es a la hora de explicar que lo que ocurrió en París fue un accidente. Casi mortal si se quiere, pero puntual. “No fuimos nosotros, no se vio el Barça en París. De hecho, yo miré luego el partido en la televisión y no me reconocía”, señaló uno de los pesos pesados del equipo, consciente que se cometieron muchísimos errores y se dieron muchas facilidades al rival.

Lo que nadie pone en duda es que el Camp Nou estará a reventar, que la afición será más que nunca el jugador número 12, “con ellos ya saldremos 1-0 a favor”, aseguran.

El objetivo es evidente: “Estar vivos en la eliminatoria hasta el último suspiro”. Si logran mantener ese reto intacto, las posibilidades de darle la vuelta a la eliminatoria se multiplicarán exponencialmente.