Ricard Muñoz: "En la élite es más importante cohesionar un grupo que la pizarra"

El extécnico del Barça Lassa de Kockey recuerda sus cuatro años en el banquillo azulgrana

Ricard Muñoz ha trabajado en distintas áreas del Barça. Participó en el proyecto de La Masia y en comunicación

Ricard Muñoz ha trabajado en distintas áreas del Barça. Participó en el proyecto de La Masia y en comunicación / JOAN MONFORT

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Hace ya casi dos años que Ricard Muñoz (1978, Barcelona) dejó el banquillo del Barça Lassa, pero en su foto de perfil del WhatsApp aparece en el Palau besando uno de los 13 títulos  que logró. Una experiencia que le marcó profundamente y que dejó a consciencia convencido de haber terminado un ciclo. Ahora sigue vinculado al club en el departamento de comunicación y es el actual técnico de la selección femenina española de hockey. 

¿Qué hizo que después de cuatro años entrenando el Barcelona Lassa de hockey decidieras dejarlo?

Bueno, es una cosa que fui madurando. Pero desde que empecé a entrenar al Barça yo tenía claro que los equipos tienen una duración y es bueno para los jugadores que conozcan otros mensajes que vean caras nuevas. Creo que es muy higiénico. Y personalmente después de una etapa en el club muy exitosa, donde aprendí mucho, creía que era un momento que tenía que dar  un paso al costado para que el equipo siguiera creciendo.

En este tipo de decisiones acostumbran a haber aspectos personales que juegan un papel importante, ¿fueron solo razones deportivas en tu caso?

Claro, hay varios aspectos. Pesó mucho poder seguir formándome en otras áreas profesionales, que es lo que he hecho estos dos últimos años. Pero obviamente también poder dedicarme más a mi familia. Porque fueron cuatro años y medio muy intensos y seguramente no les dedicas el tiempo que te gustaría.  

Se habla mucho de la presión de ser el primer entrenador del Barça de fútbol, pero si hay alguna sección del club en la que no se concibe perder es en la de hockey; ¿fue lo más difícil del cargo?

Sí. Es verdad que históricamente el hockey gana  muchos títulos y se da por sentado que el Barça tiene que ganarlo todo. De manera que desde el principio de temporada hasta el final parece que solo puedas restar títulos. Y cuando se gana no se le da el valor de la dificultad que realmente tiene lograrlo. La presión es máxima y no te lo puedes tomar de otra forma.

¿Qué es lo más importante para tener éxito como entrenador de élite?

Creo que hay una parte técnica y táctica que es fundamental para que el equipo crezca, pero lo que más necesitas es tener un bloque unido, que esté a gusto, que disfrute con lo que haga. Ese trabajo de cohesionar el grupo. Y en eso, el papel del entrenador es importante. Es el nexo conductor para que todo el mundo se sienta partícipe. Cuando tienes una plantilla de diez jugadores de alto nivel tienes que tomar decisiones y es importante que estén motivados.

¿Cuál fue la decisión más difícil de tomar en esos cuatro años y medio?

Lo más difícil siempre es cuando acaba la temporada y tienes que dar bajas. Es lo más desagradable más allá de perder competiciones  y peder títulos, que obviamente es muy amargo. Pero el dejar de contar con jugadores con los que, además de su valor deportivo  generas un vínculo y compartes muchos momentos, es lo más duro. 

Se habla mucho de la soledad del entrenador, ¿sentiste esa parte de la profesión?

Desde luego. Es verdad que la competición te da das cada dos días la posibilidad de superar un mal resultado, pero los entrenadores no tenemos mucha gente detrás que te dé un golpecito en la espalda y te ayude. Pero bueno, forma parte también del trabajo. Es una parte dura pero al final tratas de apoyarte en tu entorno más cercano. 

Cuando te fuiste dijiste que a menudo encontraste obstáculos en tu trabajo, ¿os cuesta entender a los entrenadores que el trabajo de la prensa no es ayudar al equipo?

Mira, si te soy sincero, en los cuatros años que estuve en el primer equipo, especialmente los dos últimos procuraba no leer muchos diarios. Porque al final todas las cosas que no puedes controlar son la que te acaban desgastando más. Entonces, yo creo que toda la energía que necesitaba era para canalizar al grupo que dirigía. Con lo cual, a todo lo que es prensa y entorno, le tenemos que hacer un caso relativo. 

¿Llegaste a tener relación con algún entrenador del primer equipo de fútbol?

Bueno, la verdad es que más a nivel de secciones, sí que teníamos una relación fluida.  Pero también con alguno de los entrenadores de fútbol que han pasado por el primer equipo como el Tata Marino. A  Luis Enrique también lo conocía de hacía tiempo...  pero no era una relación de día a día.

¿Cuando coincidiste con Tata Marino te pareció que estaba disfrutando como entrenador del Barça?

Con el Tata la verdad es que coincidimos un par de veces y compartimos ratos superagradables. Me pareció una persona extraordinaria y muy afable. La verdad es que solo puedo decir cosas positivas. Es una persona de las que se hacen escuchar porque me pareció alguien muy sabio.   

¿Viendo las cosas con perspectiva qué crees que harías distinto ahora durante tu etapa como entrenador en el Barça?

Bueno , creo que el contexto es importante. No es lo mismo llevar el Barça con su exigencia que llevar ahora la selección femenina, que es lo que haré ahora  con otros objetivos. Yo creo que al final, y por eso también me he estado formando  estos años, es muy importante conocer al jugador, ser honesto con todas las decisiones. Sobre todo ser coherente para que te respeten. El trato con el jugador y la empatía es importante: darle al jugador o la jugadora aquello que realmente necesita.