Messi resuelve la papeleta ante el Alavés

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Messi y diez más: así podría resumirse el partido del Barça ante el Alavés en Mendizorroza, resuelto gracias a dos goles del único futbolista que supo escaparse a la atonía general de un encuentro espeso y falto de ritmo.

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Liga Santander

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Alineaciones
Alavés
Pacheco, Vigaray, Alexis, Ely, Pedraza, Manu, Pina, Wakaso (Enzo Zidane, min. 78), Romero, Ibai (Burgui, min. 66) y Sobrino (Santos, min. 78)
Barcelona
Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Alba, Busquets, Rakitic, Iniesta (Paulinho, min. 88), Aleix Vidal (Alcácer, min. 56), Messi y Deulofeu (Denis Suárez, min. 70).

El argentino, que celebró su gol 350 en la Liga, fue el principio y el final del Barça en Mendizorroza: actuó como falso nueve, incrustado entre los centrales en la media punta o bajando a recibir, y fue capaz de resolver un partido que, por momentos, amenazó con complicarse por los contragolpes del Alavés y sobre todo, por la falta de ideas del Barça en ataque.

Valverde apostó por el clásico 4-3-3, pero sin delantero centro: Aleix Vidal y Deulofeu como extremos, Messi como teórico delantero centro, pero con libertad para moverse. En la práctica, fue Messi quien protagonizó todo el fútbol del Barça, el jugador que abrió el camino de la victoria a pesar de fallar un penalti en el tramo final de la primera parte

Lo compensó con dos goles en la segunda, decisivos para resolver el encuentro y despejar las dudas que atenazan al conjunto blaugrana. Al Barça le falta chispa en ataque y tiene problemas en el remate. Afortundamente, cuenta con un Messi capaz de liquidar partidos por sí solo

Más allá de Messi, el Barça no estuvo del todo cómodo en Vitoria: por momentos, parecía un equipo ahogado. El Alavés se replegó bien y dejó sin espacios al equipo de Valverde. La temperatura y la humedad, altísimas, contribuyeron a fabricar un partido espeso, de difícil digestión, uno de esos compromisos que amenazan con atragantarse. 

Masticaba el Barça la pelota una y otra vez, de banda a banda, en la zona de tres cuartos, pero sin profundidad ni mordiente: al equipo blaugrana le faltaba remate y ese punto de mala leche necesario para liquidar los partidos antes de que se compliquen.

Aleix y Deulofeu, a medias

Aleix Vidal y Deulofeu lo intentaron por las bandas, pero apenas desbordaron en situaciones de peligro, siempre trastabillados, faltos de velocidad y de fluidez. El Barça empezó a jugar por dentro, con Iniesta y Messi al mando, situados en la zona de la media punta, pero al equipo le faltó ritmo y sobre todo, profundidad

Consciente de su inferioridad, el Alavés se defendió con orden y lo jugó todo a la carta del contragolpe, con Sobrino como gran animador en el ataque. Suya fue la mejor ocasión del equipo vasco, tras superar a Piqué en velocidad; un mano a mano ante Ter Stegen, a la media hora de juego, que el meta alemán salvó con solvencia. 

El Barça buscaba una y otra vez a Messi, auténtico capitalizador del juego del equipo. El argentino centrifugó de tal manera el fútbol del Barça que los extremos acabaron por diluirse.

Siempre rodeado de rivales, Messi se las ingenió para buscar el gol desde cualquier posición, pero en la primera mitad le costó encontrar situaciones claras de remate y cuando las tuvo, se estrelló ante Fernando Pacheco.

El equipo blaugrana echó en falta la llegada de los jugadores de segunda linea, a pesar de que Iniesta estuvo activo, nuevamente  capaz de moverse entre líneas, aunque el capitán fue de más a menos.  

El Barça apenas tuvo bandas y también le faltó juego interior, frente a un Alavés bien plantado, serio en las ayudas y empeñado en dibujar un partido muy físico para desgastar al Barça. 

Pacheco - Messi, un pulso de altura

El guión del partido pudo cambiar en el minuto 38, cuando el árbitro señaló un penalti de Ely sobre Piqué. El brasileño agarró a Piqué a la salida de un córner y Del Cerro Grande no dudó en irse al punto de penalti.

Chutó Messi, pero Pacheco le ganó el pulso, con una espectacular estirada que evitó el gol. Más que demérito de Messi, fue mérito del portero, el mejor de su equipo ante el Barça.  

El Barça arrancó la segunda parte en la misma línea, falto de ritmo y en un tono más bien bajo, dejándolo todo en manos de la inspiración de Messi.

Messi soluciona todos los problemas

Tenía que ser el argentino o nadie, y fue el argentino, a los diez minutos de la reanudación del partido: recogió un buen pase de Alba por la banda izquierda para chutar y celebrar, por fin, su primer gol en la Liga. El balón golpeó ligeramente en Alexis antes de colarse en la red de Pacheco, un alivio para el Barça.

Diez minutos después, Messi despejó las pocas dudas que quedaban: el '10' resolvió un contragolpe y volvió a marcar, después de un buen pase de Paco Alcácer, sustituto de Aleix Vidal en el frente de ataque. 

Messi empezó el partido acompañado de Deulofeu y Aleix y lo acabó junto a Denis y Alcácer. Poco importó, porque el argentino jugó su propio partido, unos peldaños por encima del resto, siempre activo e insaciable.

Rozó el 'hat trick' porque en el ecuador de la segunda mitad estrelló un balón en el larguero. No dejó de intentarlo hasta el final del partido, incansable como de costumbre, el gran activo del Barça en ataque. 

Primeros minutos de Paulinho

El último cuarto de hora del partido sirvió para que el Barça jugase más relajado, buscando el tercer gol ante un Alavés ya entregado. También para el estreno de uno de los fichajes de la temporada, Paulinho, que suplió a Iniesta, jugó como teórico interior zurdo, en la posición de '10', por más que sus cualidades sean la recuperación y la llegada.