Raphinha no dimite en la competencia con Lamine

En su vuelta a la titularidad marcó un gol que pudieron ser más y dio una asistencia a De Jong

Xavi recuperó la fórmula de los tres delanteros con la entrada de Joao Félix al once

FC Barcelona - Getafe | El gol de Raphinha

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El pasado mes de enero, justo cuando había logrado asentarse en el once, a Raphinha le falló el bíceps femoral en la Supercopa ante Osasuna. En su mejor momento, sufrió un pinchazo, de nuevo otro contratiempo en su intento de consolidarse en la banda derecha. 

Es una constante desde que llegó al Barça en el verano de 2022 por 65 millones. La suyo ha sido una carrera de obstáculos que incluye una competencia feroz, primero con Dembélé, el favorito de Xavi, y últimamente con Lamine Yamal, la aparición más deslumbrante de la cantera desde Ansu Fati. 

Raphinha aparece a menudo en la conversación de posibles ventas cada verano, a pesar de ser capaz de protagonizar encuentros como el de hoy ante el Getafe. En su mejor versión es un extremo agresivo, de gran dinamismo, capaz de hacer mucho daño con sus desmarques. Lo disfrutó el Leeds y la Premier: una liga donde se impone el vértigo y las transiciones: el mejor escenario para que Raphinha explote su fútbol. Le cuesta más en el Barça, donde a menudo tiene que lidiar con equipos replegados y un ritmo más lento. Ante el Getafe volvió a la titularidad y encontró un contexto muy favorable en el plan de Bordalás

El Getafe jugó con la defensa muy adelantada y el brasileño picó constantemente a la espalda de la defensa. Así estrenó el marcador: Koundé vio el desmarque, Raphinha recibió al espacio, se acomodó para buscar el disparo con la zurda y envió el balón cruzado, imposible para el portero. Raphinha lo celebró con una coreografía ‘tiktokera’, muy de la escuela brasileña.  

El gol cambió la puesta en escena del Barça, que jugó con más confianza y disfrutó de varias ocasiones para ampliar el marcador en los primeros 45 minutos, la mayoría con Raphinha como protagonista. El brasileño vivió lo impensable: se encontró dos veces más exactamente en la misma situación que en el primer gol. Dos demarques en ruptura a la espalda de la defensa con campo para correr y pisar el área con todo a favor. Pero esta vez el desenlace fue muy distinto. En la primera ocasión, con Joao Félix esperando la asistencia, optó por un disparo con su pierna menos buena (la derecha). El balón salió muy desviado. En la segunda, con la anterior jugada todavía en la cabeza y los mismos protagonistas, trató de asistir al portugués pero sin la precisión necesaria. 

La desesperación de Raphinha y Joao Félix era la de Xavi, que lamentaba de nuevo las oportunidades falladas para sentenciar el encuentro. El brasileño no bajó el ritmo en la segunda parte y participó en dos goles más. Dio un pase formidable a Christensen, que asistió a Joao Félix. Y dio la asistencia de gol a De Jong en el tercero, que definió con precisión. El día que descansó Lamine, reivindicó su aportación al equipo con una de sus actuaciones más completas. Raphinha no dimite