Pep Guardiola ha escogido: Rafa Márquez es su mano derecha en el campo

El central aporta un equilibrio y una veteranía que se han convertido en virtudes imprescindibles para el entrenador azulgrana

Ha pasado de estar con pie y medio lejos del Camp Nou a erigirse en uno de los baluartes del actual equipo. En sólo unas semanas, Rafa Márquez ha dejado de ser ese jugador cuestionado por su rendimiento y actitud en la pasada campaña para convertirse en un pilar de referencia. Y todo por obra y gracia de Guardiola. No es un secreto la adoración que Pep siente por el mexicano. El técnico jamás se ha escondido e, incluso, ha pronunciado alguna que otra sentencia que habla por si sola: "Con Márquez en el campo, siempre puedo vivir tranquilo".

Si Xavi, con el balón en los pies, plasma a la perfección la visión e idea de juego que Guardiola ha diseñado para este equipo, Rafa Márquez es la auténtica prolongación del entrenador sobre el terreno de juego. Su capacidad de liderazgo en los momentos más delicados, su impresionante visión de juego a la hora de estar siempre bien ubicado y sus recursos técnicos en el desplazamiento de balón le otorgan un valor fundamental en un equipo que siempre quiere mandar en el césped.

Márquez lo sabe. Así se lo comunicó Guardiola durante las conversaciones que mantuvieron ambos nada más hacerse oficial que Pep iba a asumir la dirección del equipo. El mexicano, precisamente por su 'peso específico' en el vestuario azulgrana, fue uno de los primeros en pasar por el particular diván del técnico. Su futuro estaba rodeado de una enorme incertidumbre y de su continuidad dependían algunos movimientos de mercado. Era imprescindible despejar dudas cuanto antes, encarar la problemática sobre todo lo sucedido en la última etapa Rijkaard y dar con las soluciones pertinentes para erradicar los errores del pasado. Rafa lo entendió a la perfección, hizo propósito de enmienda y ahí están los resultados.

Guardiola no lo dudó un solo momento y, pese a algunas reticencias, no dio su brazo a torcer. Márquez debía seguir a toda costa para convertirse en una de sus referencias. Por calidad y experiencia estaba destinado a compartir galones en el vestuario. El tiempo ha demostrado que fue uno de los grandes aciertos en el diseño del proyecto deportivo. El central ha recuperado su mejor nivel desde la llegada al Barça y en pocas jornadas ha evidenciado que su presencia siempre aporta algo más. Su juego -adornado con varios goles conseguidos en sus continuas incorporaciones al ataque- sigue in crescendo, al igual que su rol en el remodelado vestuario.

Por si fuera poco, los éxitos se han visto acompañados y propiciados en buena medida por la ausencia de lesiones y problemas físicos, algo que le había crucificado durante los últimos meses.

Márquez es todo un veterano en las filas azulgrana. Cumple su quinta temporada en el equipo y ya puede presumir de ser el único superviviente del capítulo de refuerzos de lujo que llegaron de la mano de Joan Laporta y su equipo de trabajo justo al asumir la presidencia de la entidad. Pocos, muy pocos jugadores foráneos pueden presentar un bagaje tan importante en un club de la entidad del Barcelona. Un valioso activo del que Guardiola no sólo no quiere prescindir sino que además espera potenciar en el transcurso de la temporada. Márquez es una de sus referencias, un punto de apoyo fundamental para encontrar ese equilibrio imprescindible en un bloque de clara vocación ofensiva.

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