Pellegrini, una historia de desengaños con el Barça

El Barça se le ha atravesado toda su carrera: ha perdido 20 de los 28 duelos

Estuvo en la terna de entrenadores para sustituir a Rijkaard junto a Guardiola y Mourinho

Manuel Pellegrini es presentado con el Betis

Manuel Pellegrini es presentado con el Betis / Perform

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El Barça se mide este sábado a un clásico de los banquillos de LaLiga (500 partidos en clubes españoles). También a un técnico que tiene aura. Uno de esos tipos que desmiente el tópico de que los futboleros tiene pocas inquietudes. 

Definido como ‘el Valdano silencioso’, el apodo de ingeniero (se sacó el título de ingeniero civil cuando era futbolista) ha ayudado a construir esa imagen de tipo reflexivo que le acompaña. También su querencia por los trajes y su eterna media melena blanca, ahora con 68 años. 

Pellegrini ha cultivado esa imagen en banquillos de máxima exigencia como el Madrid o el City, pero sus grandes logros han llegado en clubes con menos pretensiones como el Villarreal, el Málaga o ahora en el Betis

Su nombre (a veces a su pesar) también ha estado vinculado al de Mourinho, que se acordó de él en un momento de crisis en el Madrid. “A mí no me va a pasar lo mismo que a él. Si me echan no voy a entrenar al Málaga, sino a un equipo grande de la Premier o de Italia”. Unas declaraciones a las que el chileno dio la vuelta cuando recordó que en Málaga precisamente vivió una de las etapas más felices de su vida. 

“Es injusto comparar, pero en Málaga se juntó también un cariño tremendo de la gente. Ahí tengo mi casa en España. Voy para allá y la gente me adora, hay una rotonda con mi nombre, mi padre se murió estando yo allá y todo el estadio coreó mi nombre. Son emociones que te dejan mucho. Por eso siempre me río con esa frase de Mourinho de que él no se habría ido a Málaga. Para mí fue la mejor decisión de mi vida”.

También en el Villarreal se hizo grande liderando un equipo que se movía al ritmo de Riquelme y que estuvo a un penalti convertido ante el Arsenal de estar en la final de la Champions. Peor lo fue en el Madrid, donde se le quedó el mantra del entrenador de los 96 puntos sin Liga. 'Marca' anunció su fichaje con "El Antipep es Pellegrini" y le dijo adiós con un "Estás despedido Manolo".

Enfrente tendrá este sábado al Barça, un club que se le ha atravesado habitualmente. Así lo reflejan los números: ha disputado 28 partidos, ha ganado 4, ha empatado 4 y ha perdido 20. Con el Villarreal el balance fue de cuatro victorias, tres empates y cinco derrotas. Con el Madrid, dos derrotas. Con el Málaga, siete derrotas y un empate. Con el City, cuatro derrotas y con el Betis dos derrotas. 

Una historia de desencuentros que también incluye un posible fichaje frustrado por el Barça. El chileno era el tercer candidato en la torna de entrenadores para sustituir a Rijkaard. Una lista que al final se redujo a Mourinho y Guardiola.

Los equipos de Pellegrini son reconocibles por querer ser protagonistas, y querer el balón, pero el técnico chileno también se ha adaptado a sus plantillas. En su etapa en el Madrid no renunció al juego directo, por momentos, en un momento en el que el Barça se convirtió en la bandera del juego de posesión.  

También en su etapa en el banquillo cultivó esta imagen de tipo tranquilo, un perfil en el que Pellegrini se reconoce solo a medias. Lo explicó en una entrevista a The Guardian, durante su etapa en el City, donde explicaba el proceso de cómo tuvo que modular su personalidad para dar el gran salto, de futbolista a entrenador.

“He cambiado mi carácter al cien por cien. Si no lo hubiera hecho no habría podido nunca ser entrenador”, empezaba diciendo. “Al principio tomaba decisiones basadas en las emociones, cuando lo que tienes que hacer es tomarlas con calma. Cuando hice el tránsito de jugador a entrenador, me evalué a mí mismo y vi que necesitaba mejorar mi carácter. Podía pelearme con los jugadores literalmente porque tenía 35 años, pero no puedes ser así; tienes a futbolistas jóvenes que guiar”. 

Para el chileno el entrenador tiene que ser alguien capaz de no perder los nervios cuando están más a prueba. “Muchas veces me he recriminado cosas. Estás inmerso en el partido y explotas. He tenido malos comportamientos y esa falta de control es exactamente lo que no quiero transmitir a los futbolistas. Estoy orgulloso de haber cambiado mi carácter. Pero he tenido enfrentamientos con jugadores que no han respetado mis tres cualidades no negociables: respeto, compromiso y nivel de juego. Pero siempre es mejor convencer que imponer”