Messi, una parábola de genio

Messi no realizó su mejor partido en el Vicente Calderón. Ni le hizo falta. Leo no fue el jugador desequilibrante de otras ocasiones cuando el balón estuvo corriendo sobre el maltrecho césped colchonero. Entre las pésimas condiciones del terreno de juego y la extrema dureza que exhibió la zaga rojiblanca, el crack argentino se mostró muy irregular hasta el minuto 81. Pero llegado a ese punto, el genio frotó la lámpara y el universo futbolístico se encendió con otro de esos golazos que deben enmarcarse como verdaderas obras de arte.

En esta ocasión, el astro culé tuvo que romper el partido a balón parado. Fue en una acción aislada, casi en el vértice del área del Atlético de Madrid, cuando Pérez Lasa decretó una falta, se alejó del balón y, mientras Courtois se desgañitaba intentando ordenar una barrera defensiva, Xavi se acercó al balón, musitó algo por la bajo y Messi se abalanzó hacia el esférico. El resto, uno de esos disparos dignos de repetir una y mil veces. El lanzamiento se elevó de forma estratosférica y cayó inapelable muy próximo a la escuadra de un Courtois que no pudo más que mostrar un rostro atónito ante la genialidad y picardía de Messi. Los abrazos de unos y las tímidas protestas de una defensa que pagó el craso error de perder el tiempo en una barrera que jamás solicitó el ataque blaugrana se entrelazaron mientras el Calderón se llevaba las manos a la cabeza.

Pero lo de Messi no fue un accidente. Y nadie mejor que el Atlético de Madrid para constatar en su propia piel que nadie, absolutamente nadie puede dormirse estando Leo en pie sobre un campo. Pero parece que los colchoneros no aprendieron en su día. Es necesario remontarse a otro Barça-Atlético de Madrid, en esta ocasión en el Camp Nou, para recordar un despiste del meta Coupet que cedió todo un poste para que la estrella argentina le desbordara sin contemplaciones mientras solicitaba una barrera estéril. Leo es un fuera de serie, entre otras cosas, por detalles como el que ayer engrandecen aún más su trayectoria.