Máxima precaución en la recuperación de Jordi Alba

German Bona

German Bona

Jordi Alba vuelve a estar en la enfermería. El lateral recayó en el partido europeo ante el Slavia de la lesión en el bíceps femoral izquierdo, tal y como informó el club la noche del martes una vez sometido a una resonancia magnética. Es la misma lesión por tanto que se produjo curiosamente en otro partido de Champions League, en esa ocasión en Dortmund y se vuelve a dar la circunstancia de que hay también un parón de selecciones de por medio.

SPORT ya informó en su momento que el período de baja iba a rondar las tres semanas, y ese fue el tiempo que tardó en recibir el alta médica. Ahora, el tiempo de recuperación se podría alargar algo más, quizás hasta llegar al mes, por el mero hecho de que se irà con la máxima precaución para evitar más recaídas. Esta vez no se han determinado tras las pruebas unos plazos tan concretos.

No es que hubiera precipitación a la hora de volver, pero sí que no se dio un margen más amplio de seguridad por la importancia de Alba en el equipo. Es evidente que Ernesto Valverde lo considera imprescindible en el lateral izquierdo y que de no haber sido por las lesiones estaría jugándolo otra vez todo, a tenor de la escasa confianza que le está dando a Junior Firpo, fichado a golpe de talonario precisamente para dar más descanso a Jordi.

Solo si las sensaciones fueran las mejores en la recuperación se podría fijar como objetivo volver ante el equipo que se lesionó la primera vez, el Borussia Dortmund. Se jugará el 27 de noviembre. Antes es lógicamente más complicado pensar en un regreso 'anticipado', aunque todo irá en función de las sensaciones. Pero sobre todo, de la prudencia.

EL JUGADOR, DISGUSTADO

Jordi Alba supo de inmediato que se había vuelto a romper cuando antes del descanso ante el Slavia alargó la pierna izquierda para interceptar un pase que tenía todos los números de acabar en gol de los checos. Así como en Dortmund siguió jugando unos minutos hasta que estuvo preparado el cambio, este martes fue distinto. Ya ni pudo bajar en el siguiente ataque del Slavia y se tiró al suelo coincidiendo con el final de la primera mitad.

Su preocupación le hizo incluso estar al borde de las lágrimas consciente de que no está teniendo suerte con las lesiones que tanto le respetaron durante casi dos años en los que ha rendido a un altísimo nivel. Tras la primera exploración en el vestuario quiso someterse lo más rápido posible a las pruebas que determinasen si había recaída, como se temió desde un primer momento, y su alcance. 

Pasado el disgusto inicial, que incluye muy probablemente volver a quedarse fuera de la selección, ya solo piensa en comenzar la recuperación y regresar sí o sí con las máximas garantías.