Un capitán erigido en un crack inmobiliario

Mariano Sánchez, el arquitecto del Cartagena

Del Bosque o Klopp, entre otros, han visitado sus instalaciones. Hoy se medirá a las estrelles del Barça

Tomàs Andreu

Mariano Sánchez va camino de cumplir los 36 años (28 enero 1978) mientras luce orgulloso el brazalete de capitán del Cartagena. Se lo ha ganado a pulso porque el estandarte del conjunto departamental no es un futbolista al uso. Mariano Sánchez atesora a sus espaldas una de esas historias que es digna de darse a conocer. Muy pocos jugadores han logrado compaginar una dilatada carrera futbolística con una exitosa vida profesional al margen de los terrenos de juego. Y el veterano capitán es un ejemplo de ello.

Mariano Sánchez puede presumir de ser el arquitecto responsable del Pinatar Arena. Inaugurado hace solo unos meses, este moderno centro deportivo ubicado en San Pedro del Pinatar, se ha convertido en un santuario de peregrinación de buena parte de aquellos clubs europeos que buscan refugio durante el crudo invierno de sus países. Además, su privilegiada ubicación junto al mar y sus modélicas instalaciones también han cautivado a todo tipo de selecciones. En menos de un año, el Pinatar Arena ha acogido, entre otros, a las grandes estrellas de la cantera española, así como a clubs de referencia como el Borussia Dortmund.

Mariano Sánchez es el máximo responsable de un proyecto que ha requerido de una inversión de 2.5 millones. Un lujo que en estos momentos se ve amparado por más de 400 socios y que ha albergado a multitud de equipos y selecciones desde que abrió sus puertas. No es un capricho más, producto del clásico pelotazo inmobiliario auspiciado por un futbolista ávido de invertir en el mundo del tocho. Nada más lejos de la realidad.

Con solo 18 años, y enrolado en los equipos inferiores del Real Madrid, Mariano Sánchez colgó temporalmente las botas y decidió que lo prioritario en su vida era afrontar los estudios de Arquitectura. "Iba a la Ciudad Deportiva cada tarde, pero en cuanto empezaron las clases el ritmo se volvió insostenible. La carrera era muy exigente, así que tuve que dejar el fútbol". Cinco años más tarde, ya trabajando en el despacho familiar, recuperó su pasión futbolística. Y desde entonces, ha sido capaz de alternar sus éxitos dentro y fuera de los terrenos de juego. No es de extrañar si atendemos a una de esas reflexiones sobre la crisis inmobiliaria que pocas veces estamos acostumbrados a oír en boca de futbolistas. "La culpa la hemos tenido todos nosotros porque se han cometido auténticos disparates. Nos guste o no, vivimos del sol. Por más que queramos, aquí no va a venir Nokia a fabricar teléfonos. Así que hay que hacer las cosas bien. La situación ha derivado en auténticos dramas. Yo he visto a padres pedirme dinero para un cartón de leche para sus hijos".

Con la cabeza bien amueblada, el capitán del Cartagena presume de haber triunfado en sus dos grandes pasiones. Hoy volverá a lucir el brazalete enfrentándose al Barça mientras el Pinatar Arena acumula todo tipo de peticiones. Quizás el Barça se convierta un día en uno de sus clientes.