Leo Messi fue el único que rugió en el Athletic - Barça

Leo Messi condiciona y templa todos los análisis sobre este Barça, muy competitivo pero todavía en construcción. El equipo de Ernesto Valverde no fue mejor que el del Cuco Ziganda como colectivo, pero se llevó los tres puntos de San Mamés. Y fue así porque Ter Stegen fue un muro, pero también porque ‘D10S’ siguió haciendo de ‘D10S’. Como cada semana. 

No hay duda de que el Barcelona acabará encontrando la sintonía fina en el momento adecuado, cuando el ‘Txingurri’ ajuste las piezas y todas ellas estén bien en su mejor momento. 

Messidependencia

Pero mientras tanto, el liderato en la Liga y en la Champions, la regularidad blaugrana en el éxito, se basa en las explosiones de talento del genio de Rosario, auténticas constantes vitales de un Barça que a día de hoy parece más ‘messidependiente’ de lo habitual.

Leo volvió a golear y se mantiene al frente de la tabla del Pichichi con 12 dianas (16 en todas las competiciones de este curso 2017/18). Además, estrelló un remate en el poste después de una jugada estratosférica que enmudeció San Mamés. Ya son 9 balones a las maderas en esta temporada, 7 de ellos en la Liga.

Más que goles

Pero el partido de Messi no se puede reducir simplemente a los goles, que no es poco. Porque en una noche en la que el equipo echó mucho en falta a Andrés Iniesta, fue el argentino quien se encargó de poner fútbol en una zona ancha en la que Valverde había primado el músculo con André Gomes, Rakitic y Paulinho. Las apariciones de Leo por todo el campo, asociándose con sus compañeros para llegar el balón de un área a otra, permitieron que el juego blaugrana tuviera una mínima continuidad.

Y aunque en el segundo tiempo pareció que se dosificaba un tanto, de sus botas nació la jugada que cerraría el 0-2 obra de Paulinho. Antes, el genio de Rosario había asistido al propio brasileño, a André Gomes y a su socio, Luis Suárez, varios buenos pases de gol que  estos no supieron aprovechar.

El destino del Barça parece depender tanto de Messi que cuando en el segundo tiempo el argentino se llevó la mano a la pierna varias veces, más de uno empezó a temer que padeciera un problema físico. Valverde descartó que le pase nada; a día de hoy, Leo no se puede permitir ese lujo.