Dembélé sigue desconcertando a la afición

Ansu Fati entró ovacionado por un pitado Dembélé

 El joven canterano volvió a contar con minutos en Champions / MEDIAPRO

Toni Frieros

Toni Frieros

Que un jugador que ha costado más de 100 millones de euros sea titular en el Barça no debería ser noticia, debería ser lo normal. Ausente Luis Suárez por sanción, las opciones de Valverde solamente eran dos: Ansu Fati o Dembélé. El francés le ganó la partida al canterano y compartió delantera con Leo Messi, ariete, y Griezmann, a la izquierda. 

Ousmane comenzó, transitó y acabó por la derecha. Esa fue su banda y de ahí no se movió. La primera hora de Dembélé fue, sencillamente, horrorosa. Todo lo hizo mal. Todo le salió torcido. Entre fueras de juegos, balones perdidos y controles defectuosos, no dio una a derechas. Incluso, se ganó unos tímidos silbidos por parte de la afición. 

Tuvieron que pasar cuarenta minutos para ver la primera acción de calidad de Dembélé. Un pase al hueco a Nelson Semedo que le dejó solo ante el meta checo Kolar. Ahí, tuvo una magnífica visión. Al menos, terminó la primera mitad yendo de menos a más, pero absolutamente intrascendente y sin crear el peligro que se le supone a un jugador de su talla. De hecho, el sistema táctico del Slavia le beneficiaba porque los checos jugaban con la defensa muy adelantada dejando un enorme espacio a sus espaldas. Sin embargo, nunca pudo sacar provecho de su acostumbrada velocidad.

En el segundo periodo más de lo mismo, salvo una aislada acción donde pasó a Sergi Roberto por encima de la  defensa visitante que permitió al de Reus llegar solo frente a Kolar. Una jugada brillante. Y ahí terminó, porque cerró su pésimo partido con una pérdida de balón cuando iniciaba él solo el contragolpe y Leo Messi le estaba acompañando por la derecha.

Dembélé sigue muy lejos de eso futbolista que debe marcar las diferencias, no es resolutivo, no es creativo y continúa teniendo un enorme problema a la hora de tomar decisiones. Desconcertante.