Historia SPORT

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Lisboa: El Barça vuelve al lugar del crimen

El equipo azulgrana regresa este miércoles a Da Luz, escenario del 2-8 ante el Bayern

Crónica del 15 de agosto de 2020, el día en el que Barça tocó fondo

Bayern 2013 vs. Bayern 2020 - Dos equipos para la eternidad

Muchos comparan al Bayern que consiguió el triplete en 2013 con el conjunto de Flick / PERFORM

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Hace poco más de un año, el Barça llegaba a Lisboa agarrado a la inspiración de Messi y dispuesto a aprovechar el novedoso formato de la Champions (una final a ocho en la misma ciudad), pero acabó trasquilado, víctima de un sonrojante 2-8 ante el Bayern, con el entrenador sentenciado y más de medio equipo en entredicho. 

Aquel 14 de agosto de 2020 pasó a la historia del club como un día negro: en plena pandemia, sin público en las gradas del estadio Da Luz (donde el Barça vuelve a jugar este miércoles), el equipo que entonces dirigía Quique Setién encajó un 2-8 incomprensible, por más que el Bayern fuese superior (el equipo alemán acabaría ganando la Champions).

Nada de lo sucedido en las horas previas al partido invitaba a pensar en un desastre de tal magnitud: la Champions aterrizaba en Lisboa para disputarse un nuevo formato, obligado por la pandemia. Ocho equipos se la disputarían a partido único.

La capital de Portugal amaneció tranquila y soleada. Había muy poco ambiente futbolero en las calles: los partidos se jugarían a puerta cerrada y por tanto, no había aficionados desplazados. Los lisboetas -preocupados por la pandemia y sin equipos propios en liza- tampoco estaban demasiado pendientes del fútbol.

'Que se haga la luz'

En esa jornada previa, SPORT empleó un juego de palabras para ilustrar el partido. ‘Que se haga la luz’ fue el titular de la página doble que abre el diario. En portada, un mensaje muy claro: ‘La Champions no puede esperar’. La foto era de Leo Messi con los brazos alzados al cielo.

Los encargados de representar al Barça en la rueda de prensa previa, ya en el estadio Da Luz, fueron Quique Setién y Arturo Vidal. El entrenador mantuvo un tono calmo, sin estridencias. El chileno elevó un poco el discurso para reivindicar el potencial del Barça. “Nosotros no somos un equipo de la Bundesliga; somos el Barça y somos el mejor equipo del mundo”, dijo, en respuesta a las palabras del entrenador del Bayern, Hansi Flick, que había dejado entrever que su equipo partía como favorito. 

En el momento en el que el estadio Da Luz abrió sus puertas (el protocolo Covid era estricto y había que seguir punto por punto las normas de la UEFA), trascendió la noticia de que Samuel Umtiti había dado positivo por Covid. El francés, lesionado, estaba en Barcelona y la noticia no dejaba de ser una anécdota, pero acabaría convirtiéndose en un prólogo inquietante. 

Un precedente preocupante

Otro prólogo inquietante lo protagonizó el Atlético de Madrid: 24 horas antes de que el Barça saltase al césped de Da Luz, el Atlético caía eliminado en el estadio José Alvalade ante el sorprendente Leipzig. 

El Barça llegó al partido frente al Bayern limpio de tarjetas: solo una expulsión apartaría a algún jugador de una hipotética semifinal. Manchester City y Lyon jugaban al día siguiente: el vencedor se mediría al ganador del Barça-Bayern. Una semifinal del Barça contra el City de Guardiola era un escenario más que plausible. 

Cuando el árbitro esloveno Damir Skomina pitó el inicio del Barça-Bayern, nada hacía presagiar una goleada tan inesperada: se escuchaban desde la zona de prensa los gritos de los jugadores y entrenadores. Era un partido de cuartos de final de Champions, pero parecía un amistoso. 

El partido comenzó torcido: 0-1 en el minuto 4. Gol de Müller. Pero empató el Barça poco después, gracias a un gol en propia puerta de Alaba. Perisic volvió a poner por delante al Bayern (1-2 en el minuto 22). 

El Barça empezó a entrar en descomposición, pero sin embargo, tuvo un momento para reengancharse al partido: tras el descanso, Suárez marcó el 2-4. Pero a partir de ahí, la lluvia de goles fue incesante. Incluso Coutinho, cedido por el Barça, marcó un doblete. 

Los periodistas desplazados desde Barcelona se miraban, atónitos: nadie era consciente, en ese momento, de la dimensión de la tragedia y de la profunda caída en el abismo que estaba sufriendo el Barça. Ardían las redes sociales mientras los aledaños del estadio Da Luz vivían un día como otro cualquiera. 

El once que sufrió la derrota

La alineación del Barça aquel día la formaron Ter Stegen, Semedo, Piqué, Lenglet, Alba, Busquets, De Jong, Sergi Roberto, Arturo Vidal, Messi y Suárez. Desde el banquillo saltaron al campo Griezmann y Ansu Fati, en sustitución de Sergi Roberto y Busquets, respectivamente. 

"Ha sido una vergüenza. Se necesitan cambios de todo tipo. Y yo el primero", dijo Piqué al término del partido. “Sé que cuando ocurre algo así, disminuye la credibilidad del entrenador”, asumió Setién, ya prácticamente sentenciado.

Al día siguiente, el Barça emprendió viaje de regreso a casa. A media mañana, los jugadores salieron del hotel Sheraton con cara de funeral. Un puñado de aficionados se dio cita en la puerta del hotel para increpar a los futbolistas, pero el ruido fue mínimo. La policía portuguesa vigiló la salida del Barça, sin incidentes reseñables. 

Comenzaba una nueva etapa en Can Barça: Setién fue destituido horas después y Messi consideró que su etapa en el club ya había terminado, burofax mediante, pero esa ya es otra historia