Barça-Neymar: se acabó la guerra

El Barça informó ayer que cerró extrajudicialmente y “de manera amistosa” los contenciosos con Neymar

El pacto se ha alcanzado sin que ninguna de las partes abonara cantidad alguna a la otra

Así fue el sentido abrazo de Messi y Neymar

Messi y Neymar se fundieron en un sentido abrazo al término del partido entre Brasil y Argentina /

David Salinas

David Salinas

Tras cuatro años convulsos y agitados judicialmente entre el FC Barcelona y Neymar, llegó la tan esperada paz. El club azulgrana informó ayer, mediante un comunicado oficial, que acordó “cerrar extrajudicialmente y de manera amistosa” los distintos litigios laborales y civiles que tenía abiertos con el jugador brasileño, ahora en las filas del PSG. En el comunicado, igualmente, se añadió que el FC Barcelona y el jugador “han firmado un acuerdo transaccional para poner fin a los procedimientos judiciales que estaban pendientes entre ambas partes: tres reclamaciones en la jurisdicción laboral y un procedimiento civil”. El pacto se ha alcanzado sin que ninguna de las partes abonara cantidad alguna a la otra.

Punto de partida Las hostilidades entre el Barça y Neymar empezaron días después de que el futbolista fuera presentado por el PSG después de que el equipo parisino abonara su estratosférica cláusula de rescisión, que ascendía a 222 millones de euros (200 millones de la cláusula a fecha 30 de junio y otros 22 por salir más allá de la misma). A partir de ahí, principios de agosto de 2017, Barça y Neymar abrieron un pulso en los juzgados que se ha prolongado prácticamente cuatro años.

De hecho, la guerra se inició el mismo día que el fenómeno brasileño lució por vez primera la camiseta del PSG, el 4 de agosto de 2017. Mientras en el Parque de los Príncipes todo era fiesta y alegría por la llegada de Neymar, en el Camp Nou el entonces portavoz del FC Barcelona, Josep Vives, ya adelantó que el jugador no cobraría la prima de renovación por incumplir, concretamente, tres puntos de la misma. La decepción era mayúscula en el seno de la junta directiva barcelonista, presidida por Josep Maria Bartomeu, todavía en shock por la salida del jugador.

La reacción de los abogados de Neymar no se hizo esperar y la respuesta no fue otra que contraatacar. Demandaron al FC Barcelona ante la FIFA y reclamaron el segundo pago pactado de la prima de renovación sin, obviamente, renunciar al primero.

La dinámica judicial no cesó y, desde entonces hasta ayer, cuando se llegó al acuerdo antes anunciado entre las partes, se acumularon en los juzgados hasta tres reclamaciones laborales y un procedimiento civil.

Fichaje maldito

La operación Neymar, cerrada en mayo de 2013, estuvo rodeada de enigmas. El jugador fue presentado el 3 de junio y, ese día, el Barça aseguró que el jugador había costado 57 millones de euros y que no se habían pagado comisiones. La cifra no fue aceptada por el socio Jordi Cases, promotor de un voto de censura fallido, quien acusó al entonces presidente Sandro Rosell de “distraer 40 millones” en el fichaje del brasileño: “Es una denuncia temeraria e infundada que perjudica la imagen del Club”.

La maquinaria judicial no se detuvo y no hubo un ápice de tranquilidad desde ese momento. En diciembre de 2013 el Barça anunció que demandaría a Cases por daños y prejuicios y, en enero de 2014, el juez admitió a trámite una querella presentada contra el presidente azulgrana, que acabó dimitiendo, cogiendo el relevo Josep Maria Bartomeu, entonces vicepresidente deportivo.

En febrero de 2014 el juez Ruz imputó al Barça por presunto delito fiscal y, en junio de 2016, se llegó a un pacto entre la Fiscalía y el Barça, que exoneró a Neymar, Rosell y Bartomeu. La Junta aceptó el delito y una multa 5,5 millones de euros “por un error de planificación fiscal en los ejercicios de 2011 y 2013”.

La pesadilla, sin embargo, continuaría con más frentes y la dirección barcelonista seguiría estando en el ojo del huracán por otros temas relacionados con el fichaje del crack brasileño. El delirio se acentuó en agosto de 2017, cuando Neymar, después de cuatro temporadas como azulgrana, decidió dar por finalizada su etapa en el Camp Nou y aceptar una suculenta oferta del PSG.