Jordi Trias, el 'tapado' de la quinta de los júniors de oro

Málaga coronó a un jugador trabajador que ha ido creciendo en base a su tesón. Todos le definen como una excelente persona y gran profesional.

Jordi Trias, Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Berni Rodríguez, Carlos Cabezas. ¿Qué tienen en común estos jugadores? Pues que nacieron en 1980 y la mayoría de ellos forman parte de la llamada generación de los juniors de oro, aquella que ganó el oro en el Mundial de la categoría en Lisboa y que repitieron el pasado verano en Japón haciendo historia ganando el Mundial de Japón con la selección absoluta.

Y decimos la mayoría porque la carrera de Jordi Trias siempre se había mantenido lejos del fulgor de sus compañeros de quinta. Mientras Navarro y cía ganaban a Estados Unidos la final de 1999 y ya comenzaban a despuntar en sus clubs ACB, Jordi (Girona 5-11-1980) evolucionaba en el Adepaf Figueres de Primera Catalana.

El entonces Casademont Girona fue el club que le permitió debutar en la Liga ACB (31-10-1999). Trias fue haciéndose un nombre en el conjunto de Fontajau pero sin el eco mediático de otros jugadores de su edad que pasaban a convertirse poco a poco en referencias en la Liga.

En Girona fue evolucionando -previa cesión una temporada en Murcia- hasta que en el verano del 2004, el Winterthur Barça decidió ficharle. Su aterrizaje no fue fácil porque coincidió con una etapa convulsa en el equipo y en la sección tras la marcha de Svetislav Pesic. De hecho aquella temporada la acabaría jugando como cedido en el Casademont.

En el 2005, coincidiendo con la llegada de Zoran Savic a los despachos y de Dusko Ivanovic al banquillo, el Barça decidió repescarle. A las órdenes del exigente técnico montenegrino y en un equipo plagado de fichajes, Jordi Trias asumió el reto de convencer con sus bondades como jugador a Ivanovic. Gozó entonces de poco protagonismo, pero esta temporada se ha ido ganando un puesto en el equipo. Trabajo en silencio, disciplina y entrega fueron las armas de un jugador al que los que le conocen bien definen como una persona buena, sencilla y de gran corazón.

El pasado verano formó parte de la preselección de Pepu Hernández para el Mundial como jugador invitado. Cuando el seleccionador decidió su descarte, Jordi sencillamente le dijo "gracias por todo". Una muestra de su talante. Esta Copa del Rey en Málaga le ha hecho justicia. Trias fue elegido MVP (14,7 puntos de media, 6,3 rebotes y 1,6 asistencias por partido). Cuando su elección fue hecha pública por los altavoces, el ala-pívot del Barça campeón asumió con modestia un galardón que, no se equivoquen, no se le va a subir a la cabeza. Lo suyo es seguir trabajando. Pero fue sin duda un acto de justicia para el 'tapado' de la generación de 1980.