Unicaja, un rival envenenado que ya 'mordió' al Barça

El Barça dio un fuerte puñetazo encima de la mesa de las eliminatorias por el título de la Liga Endesa con una clara y autoritaria victoria por 64-87 en la pista del Valencia Basket para irrumpir por la vía rápida en unas semifinales en las que se verá las caras con un peligroso Unicaja que superó también por 0-2 al Lenovo Tenerife y que ya le ha dado un enorme disgusto esta temporada.

Después de varios años de idas y vueltas en un proyecto deportivo con dinero que en ocasiones no se ha sabido gastar, la llegada al banquillo de Ibon Navarro ha dado la vuelta a la realidad del cuadro malagueño como un calcetín. Sin prisas pero sin pausas, el técnico vasco ha construido un equipo coral que recuerda a nivel de prestaciones al mejor MoraBanc Andorra de la historia.

De todas formas, este Unicaja es bastante más rico que aquel equipo con el que hizo historia en el Principat. Lo primero que llama la atención es la capacidad que tienen todos los jugadores para sumar, hasta el punto de que resulta complicado identificar a la verdadera estrella del equipo.

Quizá habría que citar a Kendrick Perry y a Tyson Carter en su papel de 'jugones' o al 'mago' pero irregular Darío Brizuela en el perímetro, pero sería injusto olvidar al sorprendente Osetkowski en su papel de dentro-fuera, a un fornido Melvim Ejim capaz de plegarse siempre a los intereses del equipo o al verdadero alma de este equipo, un Alberto Díaz que ya fue clave en la conquista del oro mundial por España cuando en principio no estaba en la lista de Scariolo. En cambio, cuando está en pista el interior búlgaro de origen estadounidense David Kravish, son un equipo menos versátil pero más firme.

Con estas premisas y con estos poderosos argumentos enfatizados por una extraordinaria y solitaria defensa que encabeza siempre el 'pelirrojo' capitán, Unicaja dio la gran campanada en Badalona alzándose como campeón de la Copa del Rey después de dejar en la cuneta al Barça en cuartos de final, al Real Madrid en semifinales y al Lenovo Tenerife en la final.

Aquel 16 de febrero, el Barça ganaba por 64-53 a 6:30 del final y parecía tener el duelo controlado, pero la irrupción de Brizuela y un apagón de esos que han costado tac caros a los de Saras dieron alas a los malagueños, que se impusieron por 87-89 (11-3 en el tiempo extra). Antes, el conjunto azulgrana se había impuesto en la Liga Endesa en el Palau por 75-60 y al mes siguiente al trompazo copero repitieron victoria liguera en Málaga por 81-86. El problema es que cuando verdaderamente era importante se perdió.

Pero... ¿cuáles son las claves de los costasoleños? Pues una defensa extraordinaria a nivel conceptual con continuas ayudas y un ataque muy versátil, sobre todo cuando actúa de 'cinco' al ala-pívot Dylan Osetkowski y cuando coinciden en la pista Carter y Perry. Lo dicho, será un rival de aúpa para el Barça.