FORD FIESTA ST

Ford Fiesta ST: Potencia absoluta

Con una amplia dosis de potencia la versión más deportiva del Fiesta se convierte en un devorador de asfalto.

COMPLETO. El compacto luce una estética conservadora con los toques deportivos justos para rejuvenecer. Esconde así un comportamiento sorprendente y emocionante.

COMPLETO. El compacto luce una estética conservadora con los toques deportivos justos para rejuvenecer. Esconde así un comportamiento sorprendente y emocionante.

Hace 40 años aterrizó en nuestro país el primer Ford Fiesta, un compacto listo para atraer a los clientes más racionales con un precio contenido pero sin renunciar a una propuesta de conducción agradable. Ahora la marca del óvalo pretende encender todas las pasiones con un coche con un plus de caballos, 18 CV más que la versión más potente del ST, un comportamiento más deportivo y una estética discreta pero atrayente.

Tras probarlo durante una semana, confirmamos la sorpresa que vivimos en su presentación hace unas semanas: estamos ante un coche listo para despertar instintos reprimidos. A primera vista, este Fiesta ST200 no ha sufrido grandes variaciones pero son suficientes para poder identificarlo nada más verlo. Para empezar, el color gris de nuestra unidad de pruebas, denominado Storm Grey, es específico de este modelo, al igual que las llantas de 17 pulgadas, las pinzas de freno rojas y las entradas de aire extra, el detalle más agresivo junto el alerón trasero del capó.

AGRADECIDA DISCRECIÓN El tono nos pareció algo apagado para un modelo deportivo, pero con el paso de las horas le vas cogiendo cariño y sirve para no captar todas las miradas. Algo de agradecer y también una apuesta curiosa teniendo en cuenta su carácter racing. Los identificativos ST200 de la parrilla y la zaga dan a entender el potencial que se esconde justo bajo el capó.

Unos asientos deportivos Recaro de bonito diseño dan la bienvenida a un interior algo barroco. Al sentarse en su regazo, la sensación de agarre es total y la emoción empieza a despertarse en el estómago. El habitáculo es como el de cualquier Fiesta pero con algunos detalles grises, el identificador en el cuadro de mandos y una palanca de cambios cromada de recorrido corto y suficientemente duro y directo como para denotar deportividad. Por lo demás, seguimos ante un espacio algo anticuado con un acabado repleto de plástico duro y un maletero de 290 litros de capacidad.

Al apretar el botón de encendido, oyes un silbido grave. Enseguida te das cuenta de que no estás ante un compacto con un poco más de potencia y mejores acabados, como sucede con la línea ST de Ford. Este Fiesta es un coche diferente. Nos ponemos en marcha y los 200 caballos del propulsor 1.6 turbo acogen nuestras ansias de potencia con calma y sin dejarnos pegados al asiento, pero no hay que desfallecer.

LISTO PARA SORPRENDER Este motor guarda su mejor secreto a partir de las 3.000 revoluciones, momento en que su ronco sonido se hace más audible y la potencia sale a relucir. Cabe destacar la cuestión del sonido, incrementado por la incursión de la admisión en el interior mediante los altavoces y que aumenta nuestra euforia por momentos. Tras unas vueltas por la ciudad y con las lumbares algo tocadas por la dureza de la suspensión, no dudamos ni un instante: su hábitat natural se halla en un puerto de montaña.

Las curvas se suceden y nos acostumbramos al tacto de su embrague (algo elástico al principio) mientras el chasis va cobrando protagonismo. El motor empieza a ser lo de menos cuando enfilas la carretera, y la dirección directa, al igual que la firmeza de la suspensión, cobra sentido. Todo eso sumado al tamaño y el peso de este compacto lo convierten en un coche ratonero que no deja de sorprender. Él mismo ayuda a coger confianza, dejando muy lejos los límites en los que se activan los controles, pero permitiendo algo de juego y mostrando poco a poco hasta dónde puedes llegar.

De vuelta a la autovía, cabe destacar el plus de 15 CV que ofrece la solución overboost, que resulta clave cuando se trata de adelantar. Tal y como asegura la firma, este propulsor lanza al Fiesta ST200 hasta los 230 kilómetros por hora y acelera de cero a cien en 6,7 segundos. Prestaciones que no hemos podido comprobar en carretera abierta.

Hasta ese instante los consumos se habían mantenido constantes y contenidos firmando el dato más bajo en 5,8 litros a los cien kilómetros. Pero la exigencia al motor se paga cara y su gasto se dispara a más de 8,5 litros a los cien. Aunque hay que decir que la diversión vale la pena y hemos probado coches más gastones.

RIVAL A TENER EN CUENTA Para  ofrecer estas sensaciones, Ford ha mejorado el Fiesta ST en varios aspectos: el cambio y la palanca, la dirección, los frenos, los amortiguadores y una barra de torsión más grande. Además del remarcable sistema de reparto selectivo de par denominado Toque Vectoring, que asegura el mejor agarre teniendo en cuenta el reparto de pesos en cada rueda.

Todos estos cambios lo convierten en un rival a tener muy en cuenta para modelos como el Peugeot 208 Gti, el Seat Ibiza Cupra y el DS3 Performance. Cualquiera de ellos es una buena opción, con sus pros y contras, pero este Fiesta ST200 se postula como posible líder con un precio de salida de 27.000 euros con el equipamiento de nuestro modelo. Un precio que tras probar el modelo vale la pena pagar para ir un poco más allá que con el ST Line.

Pese a los detalles como las llantas, las pinzas de freno rojas, las entradas de aire y alerón trasero, estamos ante un diseño deportivo pero relajado. Gracias al color pasa inadvertido, por

lo que es una buena opción para el día a día. No llega a cansar.

Los 200 caballos de potencia de este compacto son los justos para divertirse sin tener la sensación de perder el control en ningún momento.

El Fiesta más potente de la historia llega con unas mejoras en prestaciones que dejan el diseño en segundo plano.

200 cv

230 K/h

27.000 €

Entre todos los cambios que presenta este Fiesta ST200, uno de los más relevantes es

el comportamiento de su caja de cambios manual. La palanca es hergonómica, de recorridos cortos y directos. Muy deportiva.

La capacidad del maletero no varía respecto al Fiesta del que parte. Sirve para una pareja e incluso para un viaje de cuatro personas con maleta de fin de semana, pero no admite grandes bultos.

Maletero correcto