Old Trafford necesita un Klopp

Se repite con demasiada frecuencia que proyectos mastodónticos recaen en manos de técnicos que no dan la talla.

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El United es el ejemplo perfecto de que la opulencia vale de poco si no hay estilo. Los Red Devils llevan años siendo el equipo grande europeo que peor rendimiento saca a sus inversiones. Este verano volvió a tirar la casa por la ventana con Cristiano, Varane y Sancho, pero, pasados solo unos meses, las sensaciones son de vulgaridad absoluta. Y encima le llega el Liverpool lanzado al gran clásico del fútbol inglés.

No es cuestión de que fichen a unos jugadores o a otros, ya no, es cuestión de que el barco encuentre el capitán que le haga navegar con rumbo fijo. Después de dos ogros como Mourinho y Van Gaal se pensó que un técnico más bizcochón como Solskjaer podría hacer crecer al club como es debido. Nada más lejos de la realidad. Lo suyo es un puzzle sin encajar, un elenco de buenos jugadores desordenados y alejados de su máximo nivel individual y colectivo. Los goles de Cristiano le están evitando algún sonrojo de más, pero tapar todas las vergüenzas es imposible.

A Old Trafford llega lo contrario al United. Este Liverpool de Klopp pasó por la UCI como consecuencia de las lesiones, infinitas el curso pasado. Antes -y parece que ahora- demostró un sello inconfundible, una manera de entender los partidos que le hace ser un equipo antes que un conjunto de estrellas. Klopp ha conseguido que los jugadores reds adopten su discurso como único, casi como un dogma de fe incuestionable. Nada que ver con los del United, cuyo futuro está en manos de Solskjaer y eso les hace ver las cosas con una desconfianza total. Un Klopp. Un gurú del banquillo. Eso es lo que le hace falta a este millonario campeón venido a menos.