Llanear. Según la definición de la RAE… andar por llano, evitando pendientes. Algo que cuando rodamos en bicicleta tenemos que afrontar bastante a menudo para enlazar subidas o, si no nos gustan demasiado las carreteras que pican para arriba, para sumar kilómetros. En todo caso, a diferencia de lo que pueda parecer, que no haya pendiente no significa que no sea duro, ni que no se requiera de una técnica específica para optimizar al máximo los esfuerzos y rodar más rápido.
Cuando rodamos en llano, hay muchos factores que entran en juego. Uno de los más decisivos es el viento. Si sopla en contra, las dificultades se multiplican de manera considerable. En cambio, si sopla a favor, se convierte en nuestro gran aliado. Pero hay otros condicionantes como, por ejemplo, si rodamos en grupo o no, el tipo de carretera, la aerodinámica de la bicicleta, el peso del ciclista… Y si no, preguntad a algún escalador lo que llega a sufrir en rectas interminables.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos, en este artículo vamos a destacar 5 consejos prácticos, que puedes aplicar en tus próximas salidas llanas en bicicleta, para poder rodar más rápido en llano. Toma nota porque con poco, vas a notar mucho las diferencias y los tramos llanos no se van a hacer tan pesados.
5 consejos para rodar rápido en llano
Adopta una posición más aerodinámica
La resistencia que ejerce el viento es el gran condicionante cuando rodamos en llano. Para ello, si queremos ir más rápidos, uno de los consejos es adoptar una posición más aerodinámica de lo normal.
¿Y cómo se consigue una posición más aerodinámica? Pues reduciendo al máximo la superficie expuesta al viento. Es decir, que nuestro posición corporal, a nivel frontal, ocupe lo menos posible encima de la bicicleta.
Para ello, deberemos encoger nuestra posición al máximo, acoplando los brazos y piernas a la bicicleta – siempre priorizando la seguridad y cogiendo bien el manillar – e intentando que nuestro tronco esté lo máximo de paralelo al suelo. La cabeza también la podemos agachar un poco.
Sí. Sabemos que no es la posición más cómoda. Por lo que la clave pasa por encontrar un equilibrio entre comodidad y aerodinámica.
Componentes y accesorios más aerodinámicos
La aerodinámica no solo la conseguimos con nuestro cuerpo. También la bici juega su papel. En el mercado hay bicicletas más escaladoras y otras más aero y rodadoras que se adaptan mejor a los tramos llanos. Por lo que, si eres de los que le gusta llanear, es aconsejable decantarse por estas segundas.
En este sentido, también hay componentes que pueden ayudar a la aerodinámica. Uno de los principales, por su ubicación, es el manillar. Como más plano sea el manillar, más aerodinámico será. Cada vez es más habitual ver en el pelotón internacional manillares prácticamente planos, que permiten ir más acoplado.
Las ruedas de perfil también ayudan a la aerodinámica, así como las prendas más ajustadas porque tendremos menos superficie expuesta al viento, y el casco.
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Si vas en grupo, haz relevos
Si sales en grupo o encuentras a algún ciclista en la carretera en un tramo de llano, una forma de ir más rápido y economizar esfuerzos es con los relevos. De esta forma, entre dos o más ciclistas podréis aprovecharos de las respectiva “ruedas”.
Hasta que no has rodado en grupo y en carretera, no llegas a ser consciente de cuánto se ahorra siendo el segundo o tercero del grupo, algo que nos permitirá rodar más rápido a la larga porque repartiremos los esfuerzos entre varios.
Cuando rodamos en grupo es fundamental saber por dónde sopla el viento para resguardarnos en una posición u otra, y también saber dejar la distancia adecuada para no perder la rueda y gastar de más.
Para practicar los relevos y ser más eficiente en el llano, es importante la práctica y el entrenamiento. En este caso, el hecho de hacer series tanto cortas como largas en llano, nos van a dar ese plus de fuerza y ritmo en los tramos más pesados.
Esfuerzo y ritmo constante
En el llano es clave mantener una potencia continua. Debemos mantener cierta agilidad en nuestras piernas y un pedaleo con el que vayamos alegres. No nos interesa ir atrancados, ni con una cadencia exagerada. En este sentido, para llanear, lo más recomendable es llevar puesto el plato grande e ir jugando con los piñones.
Cuando hablamos de esfuerzo y ritmo constante, también es importante tener en cuenta la distancia del llano. Así, por ejemplo, si nos enfrentamos a un tramo de 15 o 20km, nos va a permitir regularnos mucho mejor. En caso de duda o de no conocer el terreno, siempre es mejor guardar un punto para llegar al final con garantías.
En este caso, las series y la experiencia también son un factor clave para saber el ritmo perfecto que combine fuerza, rapidez y la fatiga exacta.
Presión neumáticos: tirando a alta
Finalmente, otro de los consejos para ganar ese puntito extra cuando rodamos en llano pasa por tener en cuenta la resistencia a la rodadura. Como más se deforme la cubierta y más superficie de contacto tenga con la carretera, más resistencia a la rodadura. De hecho, una presión demasiado baja puede aumentar la resistencia a la rodadura hasta un 30%.
Por lo tanto, si queremos rodar en llano por una carretera en buen estado, siempre es mejor llevar la presión un poco más alta. Tampoco mucho porque entonces toda pequeña vibración la vamos a notar en nuestro cuerpo.
Normalmente, se dice que la presión de la cubierta debería ser, más o menos, el 10% del peso del ciclista más el de la bicicleta. En este artículo, hablamos de la presión correcta para las ruedas de tu bicicleta.
Con menos superficie de fricción, ahorraremos algo más de energía y ahorraremos un punto de fuerza porque la cubierta se deformará menos. En este punto, también es fundamental disponer de un neumático de calidad.
