Tenis - Wimbledon 2015

Los cuatro años negros de Rafa Nadal en Wimbledon

La eliminación ante Dustin Brown en el torneo londinense corrobora el delicado momento que atraviesa en los últimos meses

Nadal volvió a caer, prematuramente, en Wimbledon

Nadal volvió a caer, prematuramente, en Wimbledon / sport

David Boti

Rafa Nadal está atravesando una de sus épocas más complicadas desde que aterrizase en la escena profesional del tenis mundial. La derrota en Wimbledon contra Dustin Brown es un capítulo más del delicado momento que atraviesa el balear en los últimos meses. El dato más clarividente que evidencia esa falta de ‘momentum’ es que en los últimos cinco Grand Slams que ha disputado, el balear no ha conseguido pasar de cuartos de final, hecho que no sucedía desde 2004.

Capítulo aparte merecen sus últimas apariciones sobre el pasto londinense. Todas ellas acabaron en caídas prematuras. En 2012, en segunda ronda ante Lukas Rosol; en 2013, contra Steve Darcis en primera; y en 2014, frente a Nick Kyrgios en octavos. La particularidad es que los cuatro verdugos de Nadal estaban fuera del top100 justo en el momento de afrontar el reto de tumbarlo sobre la hierba del All England Club.

MUCHAS LESIONES Y PÉRDIDA DE CONFIANZA

Los problemas físicos y los altibajos en una temporada gris le han colocado en el límite del top10. En los últimos años, Nadal ha sido uno de los jugadores más castigados por las lesiones. Una tras otra, le han impedido volver a ofrecer su mejor versión en los últimos meses. Los años pasan para todos y apoyar, gran parte de su juego, en el apartado más físico pasa factura. Como es lógico. Además, la pérdida de confianza marcada por los resultados de 2015 está jugando en su contra. Ya lo dijo él mismo hace un par de semanas. "Cualquier título es importante para recuperar la confianza". Un pez que se muerde la cola. 

A pesar de llegar a Wimbledon mucho más relajado que a Roland Garros, el devenir fue similar. Una caída que duele. Eso sí, con Nadal, todo es posible. Lo ha venido demostrando durante la última década. Y con creces. Darlo por muerto sería un gran error. Todavía tiene 29 años y, sobre todo, una perseverancia y capacidad de sacrificio de las que dejan marca.