Madrid-Atlético: un derbi en horas bajas

Madrid y Atlético protagonizan el derbi menos trascendente para el título de Liga de los últimos años. Su lucha se centra por el segundo puesto de una clasificación dominada con autoridad por el FC Barcelona. Será el derbi de los segundones, el del primero de la capital, que no es poco para merengues y colchoneros vista su incapacidad de competir con los azulgranas con tanta Liga por delante. Un Madrid deteriorado, por mucha campaña de ilusorias pretensiones, frente a un Atlético titánico que se eleva por encima de su propio potencial. Una plantilla, la madridista, que dobla en precio a la atlética. Diferencias que se diluyen sobre el campo pese a la diferencia de estilos. Un equipo que intenta construir pero sin los cimientos que da una estructura de juego, y otro diseñado para destruir al que le cuesta inventar cuando se colapsa su fútbol directo. Un partido grande que se convierte en secundario. El libertinaje futbolístico blanco ante el milimétrico juego rojiblanco. La sonrisa silenciosa de Zidane ante la sátira agresiva de Simeone. Y el fútbol por llegar.

ESCASA TALLA DE JUEGO

Ninguno llega sobrado de recursos. Arrastran dudas certeras sobre la talla de su juego. Un derbi en el que los blancos son un poco más favoritos por la solvencia en casa desde la llegada de Zidane. Y porque el Atlético se ha atascado ante las porterías rivales. Pero los derbis madrileños de los últimos años no se han destacado precisamente por el fútbol, ni por el bueno ni por el malo, más bien por las tensiones de una rivalidad perpetua que enfrenta a la afición capitalina. Anímicamente los atléticos se sienten por encima por ser menos pero conseguir más, pese a esa ‘décima’ que dejó marcado el camino.  

Zidane pierde a Marcelo por lesión, que se suma a la baja del perpetuo lesionado Bale y Pepe. La baja del brasileño es la más traumática por no tener un relevo natural y por lo que aporta en ataque. Veremos si al francés le da otro ataque de entrenador y desaprovecha la eficacia de Carvajal en la derecha para colocarle en la izquierda en lugar de Danilo. Recupera a Varane y James que completarán su once habitual. Simeone no recupera a Carrasco, el conductor de su juego ofensivo, y apuesta por Torres, porque tirar de emblema siempre ilusiona. La lesión de Savic devuelve a Giménez al eje de la defensa, y la vuelta de Augusto apuntalará el centro del campo.