EL ANÁLISIS

Deconstruyendo al Madrid

La errática política de altas y bajas del Real Madrid ha cambiado el perfil de la plantilla que se proclamó campeona de Europa, debilitando el centro del campo de su equipo y reforzando a sus rivales más poderosos del continente

El Madrid pasó del cielo al infierno en Anoeta y puso al descubierto todas sus carencias

El Madrid pasó del cielo al infierno en Anoeta y puso al descubierto todas sus carencias / sport

Alejandro Alcázar

1.- La política de fichajes sin un director técnico

Desde la salida de Jorge Valdano el Real Madrid no tiene un cabeza visible en el apartado de fichajes, un director técnico al uso como tienen todos los clubes. Al argentino le sustituyó Mourinho, desde entonces nadie sabe quien ficha aunque el madridismo señala directamente a Florentino Pérez. Si el año pasado acertó con Bale, Carvajal e Illarra a pesar de vender a Ozil, Higuaín, Callejón o Kaká, entre otros, en éste la política de altas y bajas han debilitado el centro del campo del equipo. Florentino lo ha vuelto a hacer, se ha gastado 80 millones de euros sin pensar en lo que necesitaba el equipo. Ha vuelto a anteponer la rentabilidad de un fichaje a las necesidades futbolísticas. Ha vendido tres centrocampistas y ha fichado uno. Mientras que en ataque ha cambiado un nueve por otro, Chicharito por Morata, y en la portería a Keylor Navas por Diego López. La plantilla se queda con 19 jugadores de campo frente a los 20 de la temporada pasada, por lo que no dobla posición por muy polivalentes que diga Ancelotti que son.

2.- El centro del campo se ha debilitado

Los madridistas se preguntan por qué han vendido a Xabi Alonso y se han quedado con Khedira. Por qué han traspasado a un jugador con dos años de contrato y titular indiscutible y se han quedado con otro al que le queda un año e iba para suplente y que además ha dicho que no quería renovar. ¿Por qué, por qué, por que?, que diría Mourinho. Pero, además, ha cedido a otro medio centro como el brasileño Casemiro. Kroos y Xabi eran complementarios, defensivos y creativos, que prometían ser una de las mejores parejas de Europa escoltados por Modric y con Illarra y Khedira como relevos. 

3.- James es un jugador diferente a Di María 

De tener en el vestuario un centro del campo poderoso, y con Di María quizá uno de los mejores de Europa, ha vendido por una ridiculez al que iba a dar equilibrio, Xabi. Sin él ni Di María se abre un interrogante porque Isco y James no son centrocampistas, pero Florentino quiso tapar la salida del argentino con un golpe de efecto, a lo grande, sin valorar que James no tiene nada que ver con Di María. 

El problema es ahora para Ancelotti, porque Kroos tendrá que hacer de Xabi, y no de Kroos, y James de Di María y no de James. El italiano ya ha detectado que el alemán está capacitado para suplir al tolosarra, pero también que resta eficacia a su juego; y que James no está capacitado, ni de lejos, para hacer de Di María ni de centrocampista.  James es James de media punta. Ha costado 80 'kilos' y ya ha comprobado que donde luce es en su posición natural, no intentando encajarlo en la medular. El colombiano sólo tiene una marcha y si se le fuerza pierde lucidez donde hace daño, cerca del área rival.

4.- Los jugadores ya no imponen el dibujo     

A Ancelotti le costó muchos disgustos encajar a Bale en el equipo la temporada pasada. Tuvo la suerte de que Di María supo cambiar su rol, que Xabi Alonso se recuperó de su lesión y de que Modric estuviera a un altísimo nivel. Con estos tres pudo inventarse la ‘BBC’ y poner un 4-3-3. Pero todo ha cambiado. Tiene que empezar de nuevo. Ha comprobado que James no encaja en el centro del campo, que Isco cumple pero le falta recorrido.  El 4-3-3 no funciona con el hombre de los '80 millones de euros' y no le va a quedar otro remedio que alternarlo con la 'BBC' para conservar el 4-3-3 y fiarse de Khedira o Illarramendi para encontrar el equilibrio. Con los jugadores que tiene no se sostiene un dibujo donde encajar a todos los buenos, y tendrá que rotarlos por bien de ese equilibrio.     

5.- Un banquillo corto y de pocas garantías 

Ancelotti tiene ocho jugadores suplentes, al margen de los porteros, para afrontar una temporada en la que, en el mejor de los casos jugaría 66 partidos entre Supercopa de Europa y España, Liga, Champions y Mundialito de Clubes. Ocho porque ayer presentó a Chicharito porque serían sólo siete. La defensa es la línea más sólida, con dos jugadores por puesto. El centro del campo es confuso con seis jugadores, pero dos son medias punta; y el ataque tiene cinco delanteros. Le falta doblar un puesto, no como en la temporada pasada, con el handicap de que tiene dos medias puntas y su esquema no observa ese perfil salvo que la experiencia le obligue a cambiarlo.

6.- No se puede esperar nada de la cantera

Ancelotti dejó claro el año pasado que no mira la cantera. Este año podría necesitarla pero la estancada política del club le reduce la elección. Los pocos jugadores con talento los ha vendido o cedido, casos de José Rodríguez (Deportivo), Lucas Vázquez (Espanyol), William José (Zaragoza), Mascarell (Derby County) o Sobrino (Ponferradina) por mencionar a algunos utilizados por el italiano. Tal es la falta de éxito en el trabajo de base, que además de irse el Castilla busca refuerzos donde sea para potenciar a un equipo inexperimentado por su juventud. Jugadores técnicamente exquisitos, pero sin la magia de los Jesé, Guti, Raúl o la camada del siglo pasado comandada por Emilio Butragueño. Muy poco, por no decir nada puede aportar el filial salvo fichajes como Abner (Brasil) o Markkanen (Finlandia).

7.- Florentino, el 'Papá Noel' de sus rivales

Lo peor de todo es que la política de altas y bajas del Real Madrid se ha convertido en un chollo para sus rivales que, además de fortalecerse a costa de sus jugadores, debilitan al campeón de Europa. La temporada pasada comenzó el desfile de estrellas de primera línea que fortalecieron a rivales potentes, aunque algo inferiores al Madrid, como Ozil, al Arsenal, o Higuaín, al Nápoles. Pero parece que Florentino le ha cogido gusto a vender pero sin valorar a quien vende. La salida de Xabi Alonso ha reforzado a la ‘bestia negra’ del Madrid en Europa, el Bayern Múnich. También ha hecho un favor a un club que compite con ellos en poderío económico vendiendo a Di María al United, pero no contento con ello ha regalado a un porterazo como Diego López a otro club que le cobró 65 'kilos' por Kaká, el fracaso más grande jamás visto en el Bernabéu.