Los 'diablos rojos' de Mourinho van muy en serio
Pol Ballús
Un Manchester United calculador y sin piedad venció al Swansea, que acabó goleado en el tramo final. Los diablos rojos controlan sin someter, generan sin imaginar en exceso, y ganan con la solidez de un equipo que sabe lo que se hace.
Eric Bailly lo encaró en el primer tiempo con un tanto a balón parado, y los ‘red devils’ gestionaron su ventaja sin sufrimientos hasta que Lukaku, Pogba y Martial cerraron el trabajo.
Mourinho repitió en Swansea el once que le permitió golear al West Ham en la primera jornada. Cimentado bajo el bloque de hormigón que suponen Eric Bailly en defensa y Nemanja Matic en el centro del campo, los de Manchester encerraron a los galeses, que ni con la presencia de Roque Mesa en el once pudieron someter a su rival a través del balón.
Aún así, el partido se pudo haber desigualado en una discutida falta de Pogba que, ya con una amarilla en su cuenta, se jugó la expulsión. El colegiado no la concedió, y los de Manchester crecieron.
En un inicio igualado, el United dispuso de más ocasiones por su superioridad en los duelos individuales. Rashford tiene tanto talento como margen de mejora en la definición. El inglés perdonó un claro uno contra uno tras un gran slalom, y también pudo haber abierto la lata Phil Jones con un cabezazo que lamió el larguero.
El Swansea se respaldaba en Tammy Abraham, móvil, voluntarioso y desasistido en ataque. Un par de centros tímidos fueron las mejores llegadas locales, hasta que llegara en punto de inflexión del choque justo antes del descanso.
Pogba cabeceó un saque de esquina que Fabianski salvó bajo palos, dejando el balón a merced para Bailly, que se anticipó al local Fernández para empujar a gol y inaugurar el electrónico para los visitantes.
Quedó un segundo tiempo ideal para que Mourinho impusiera su idea: reducir las revoluciones del juego hasta amansar el rival, y luego atacar sin piedad. Funcionó a la perfección. Paul Clement trató de introducir cambios en ataque, improductivos ante la sobriedad de un United que no se planteó crear peligro para buscar la sentencia, sino que esperó que esta viniera a él. Lo hizo en el tramo final.
Los discípulos de Mou liquidaron el partido con tres goles en cuatro minutos. Lukaku puso el segundo y la sentencia definitiva cruzando un potente tiro entre una defensa totalmente descompensada. El Swansea se fue del partido, y esto lo aprovechó Pogba para gustarse con una recuperación en el centro del campo y, previa combinación con Mkhitaryan, finalizar a gol con una vaselina. El definitivo, y quizás excesivo, lo puso Martial, que no se cansa de reivindicarse sumando goles.
El 0-4 permitirá, salvo sorpresa mayúscula, que el Manchester United siga una semana más como líder. Mientras que la implacabilidad del equipo permitirá que se siga considerando a los discípulos de Mou como uno de los grandes favoritos para ganar esta Premier League.
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