Piqué (casi) siempre tiene razón

Piqué, defensa del FC Barcelona

Piqué, defensa del FC Barcelona / EFE

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

El Barça acabó el jueves con el gafe de Anoeta, en lo que era un partido importantísimo para confirmar la mejoría del conjunto de Luis Enrique tras los pinchazos del principio de año. El fútbol es un estado de ánimo y, en este sentido, ganar a la Real Sociedad era básico desde el punto de vista psicológico. Una mochila menos con la que cargar, varios fantasmas desactivados... Y todo, con una táctica muy simple que nunca debería faltar: actitud. Sí, la actitud que reclamó Piqué en el mismo césped de Anoeta nada más dejarse dos puntos en la Liga y que tanto molestó a Luis Enrique. “Con esta actitud será muy difícil ganar la Liga”, denunció Gerard y enseguida salió el entrenador a corregirle: “No hay que hacer caso a los jugadores cuando hablan en caliente...” ¿Cómo?, ¿qué? A los jugadores que tienen la valentía de hacer autocrítica hay que hacerles caso siempre, pues desde la asunción de la culpa es mucho más sencillo reaccionar. No hay nada peor en la vida que autoengañarse o tratar de tapar la realidad. Seguramente, Luis Enrique sería feliz vetando todas las entrevistas, pero la realidad ha dado la razón a Piqué. El partido de Copa ante la Real no fue el mejor que ha hecho el Barça esta temporada, pero los jugadores se dejaron la piel en el campo. Esta es la gran lección del fin de la pesadilla donostiarra: jugando con esta actitud se ganarán casi todos los partidos... empezando por el de esta noche contra el Eibar. 

LOS ÁRBITROS

Otro frente en el que entró Piqué en contra de la voluntad de directiva y entrenador, el de los árbitros. El central se quedó solo en la queja y la denuncia contra el favoritismo arbitral al Madrid. Pues bien, ayer los hechos le volvieron a dar la razón con esa victoria pírrica de los blancos sobre el Málaga con un gol en fuera de juego de Sergio Ramos. Son dos puntos de más y una crisis menos, algo que puede ser decisivo en el transcurrir de la temporada. Veremos si Gerard seguirá con su cruzada particular, pero lo que está claro es que tiene razón. Bueno, periscopes y alguna broma pesada aparte, casi siempre tiene razón.